Pasan los días, los meses y los años, sin que el Congreso se pronuncie, parece como si el tema no existiera. La cancillería, en breve comunicado, informa la presentación en La Haya de la dúplica para que la Corte Internacional de Justicia no acepte la solicitud de Nicaragua de extensión de plataforma continental a más de 200 millas, la cual incluye la dimensión del archipiélago de San Andrés y Providencia, entramos en la etapa oral a la espera de nuevas sentencias, favorables o adversas, siempre inejecutables.
Sobre la providencia del 2012, que desconoce la calidad de frontera del meridiano 82 su inaplicabilidad es un hecho, la Armada Nacional cumple a cabalidad la misión de proteger las aguas territoriales. Es necesario por fuera de la Corte acordar un gran plan para el Caribe de conservación, de cooperación. El gobierno, a través del ministro de Relaciones Exteriores Carlos Holmes Trujillo, expresa que se analizan los escenarios e insiste en mantener la reserva del trámite ante estrados, actitud entendible pero limitada a la Litis, eso no impide el análisis de la situación. Nicaragua, aun cuando hostiliza labores de pesca y movilización de barcos en la zona del meridiano, no ha desarrollado operaciones de confrontación cuyas consecuencias debamos lamentar, sin embargo el limbo persiste, urge precisar nuestra posición con la reiteración de que mantenemos incólumes las fronteras.
De determinaciones de La Haya no depende el futuro. El Congreso de la República tiene responsabilidad en materia de política internacional y la obligación constitucional de expresar su criterio, el mar es asunto que compete a senadores y representantes, pertenezcan a la oposición o al gobierno. El artículo 101 de la Carta consigna que son parte de Colombia el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita geoestacionaria y el espectro electromagnético, defender la norma corresponde a los voceros de la Nación, por qué dilatar más la celebración de un debate que puede realizarse con altura, enmarcando lazos de amistad con la propia Nicaragua. La parcelación del mar es contraria a la naturaleza y la extensión de la plataforma continental inadmisible.
Al gobierno democrático de Iván Duque incumbe explicar cuáles son las opciones para desenredar el primer fallo producto de un acto ilícito internacional, plantear propuestas de mutua acción por encima de líneas rígidas, convencer a Nicaragua de que es factible el trabajo conjunto, mejor alternativa que persistir en peticiones inconsecuentes. La rama legislativa debe manifestarse, labor parlamentaria de importancia vital, se trata de empresa de integración cuyo desarrollo beneficiará a pueblos hermanos y al continente.