El crédito informal de usura, conocido como “el gota a gota” es una gran problemática que se ha ido expandiendo por todo el continente latinoamericano. Este flagelo que también enfrenta Colombia, se cree que nació en Medellín a finales de la década de los 90’s y se expandió rápidamente por el país.
Esta modalidad de crédito al margen de la ley es ofrecida por particulares o inclusive grandes organizaciones a personas que por distintas razones no pueden acceder a un crédito legal, no tienen historial crediticio o están desinteresadas en ingresar al sistema financiero, por lo que esta clase de préstamos termina siendo su única oportunidad de resolver su urgencia económica.
Lo que hace interesante esta forma de crédito es su inmediatez, puesto que, por lo general, son créditos de bajo monto, no requieren ningún estudio de crédito y en muchas ocasiones solicitan un codeudor que puede ser un amigo o compañero de trabajo que respalda la obligación. Además, no son vigilados por ninguna entidad del estado, por lo que las tasas de interés son superiores al 20% mensual y los plazos de pago en la mayoría de los casos son diarios o semanales.
Lo más aterrador de estos préstamos, es que en el Código Penal están tipificados como usura, y en caso de retraso, los acreedores se tornan muy violentos, pueden llegar a intimidar a los deudores por teléfono o personalmente, causarle daños físicos a la propiedad o incluso ocasionar consecuencias fatales. Estos abusos por parte de estos criminales también generan efectos psicológicos ligados a la fuerte presión que tienen las personas de realizar el pago puntual, llevándolas a pedir más préstamos para aliviar el primero y pagando mucho más de lo que obtuvo inicialmente.
Al reinar la falta de información en esta materia, muchas personas desconocen que hay entidades como Almi Financiera que promueve la bancarización y facilita el acceso al crédito formal, ya que han encontrado la forma de ayudarles a quienes no tienen posibilidad de acceder a un crédito legal.
La entidad lo hace a través del crédito de libranza, es decir, la empresa descuenta del salario directamente al colaborador el valor de la cuota y el empleador es quien le paga a la financiera, haciendo préstamos, por ejemplo, a personas que están reportadas en centrales de riesgo y el deudor no se tiene que preocupar por ir a hacer el pago de la cuota, inclusive manifiestan muchos de sus clientes que no sienten el pago de las cuotas.
Por otro lado, reporta a las centrales de riesgo el comportamiento de pago de sus clientes, que al ser por descuento de nómina es un reporte positivo, lo que ayuda a mejorar el score crediticio o si la persona nunca ha tenido un reporte en centrales de riesgo a través de esta empresa puede iniciar su vida crediticia. En esta empresa se otorgan créditos desde $150.000, vía digital, de forma segura y esto talmente legal.
*CEO de ALMI Financiera