El presidente electo y su equipo, ahora el de Colombia, asumen la conducción del Estado, con transparencia y tranquilidad. Vimos el rostro del pueblo, su participación, diez y nueve millones y medio de votos es cifra contundente. El nuevo mandatario obtuvo más de diez millones trescientos setenta mil, más de dos millones de sufragios de ventaja sobre su contendor.
El mandato es amplio, inequívoco el respaldo a un programa cuyo objetivo es unir, emprender, corregir. Quienes pronosticaban polarización ciudadana deben reconocer que al final de la jornada aire fresco se respira en el territorio de la República. Es clara la decisión de erradicar corrupción y clientelismo, sin reparto milimétrico de posiciones burocráticas.
La separación e independencia de las ramas del poder garantiza la vigencia del Estado de Derecho. Los adivinadores del pasado tienen la oportunidad de concentrarse en el futuro. La mejor forma de predecirlo es construirlo. Para la comunidad internacional, América Latina y los países vecinos, el resultado de las elecciones en Colombia es buena noticia. Habrá relaciones fluidas a nivel bilateral y multilateral, fortalecimiento del sistema interamericano.
La derecha no le ganó a la izquierda, ni los creyentes a los ateos, ni los reaccionarios a los revolucionarios, ni los enemigos del proceso de paz a sus defensores, ni los acuerdos se desconocerán, ni un partido acabó con los demás, triunfó la democracia, la expresión ciudadana en las urnas. Se habla de oposición, ejercerla se encuadra con la Constitución y la Ley, un buen gobierno la escucha, la confronta, hay diferencia entre un dictador y un demócrata, si éste no la respeta se convierte en autócrata, en el caso del nuevo gobierno existe el propósito de considerarla manifestación de opiniones susceptibles de discusión siempre y cuando se enmarquen dentro los canales legítimos de discrepancia. La Carta dispone que el segundo en el debate, el candidato Gustavo Petro en la ocasión, ocupe curul en el senado.
La victoria de Iván Duque es también de la Universidad, el reconocimiento a los egresados de instituciones de educación superior, públicas y privadas, de alta calidad, del desarrollo de programas profesionales, del avance en investigación y posgrados. Oportuno concretar currículos tecnológicos, aprovechar innovaciones, abrir puertas a niños y jóvenes de estratos bajos. La comunidad académica, especialmente su alma máter, la Sergio Arboleda, fundada por Álvaro Gómez Hurtado y Rodrigo Noguera Laborde, con razón se siente orgullosa del discípulo.
El futuro tiene muchos nombres, para los débiles es inalcanzable, para una nueva generación de compatriotas oportunidad. Coincido con Octavio Paz en que sin democracia la libertad es quimera. Con determinación, dignificando la política, buen viento y buena mar. ¡Adelante!