El poder de la palabra | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Octubre de 2022

Mi papá desde que yo era muy pequeño me insistía que todo lo que expresamos con palabras o a través de pensamientos que no decimos, tienen poder y tal vez se refería a que debía cultivar buenos pensamientos y hablar con prudencia. Es decir, cuando uno piensa o expresa con palabras lo que siente o lo que piensa, según expertos muchas de esas palabras pueden convertirse en decretos u órdenes que la parte subconsciente del cerebro ejecuta libre de la voluntad o sin que la parte consciente pueda intervenir.

Mi intención con esta columna es que reflexionemos con que esto que me repetía mi padre, puede tener mucha sabiduría y se conecta con múltiples situaciones de nuestra realidad. Por un lado, de lo que vivimos día a día en las redes sociales, que muchas veces en lugar de cultivarnos pensamientos positivos lo que hace es llenarnos de negativismo, agresividad a través de los insultos y ofensas de miles de personas que detrás de un @.... siente la libertad de expresarse sin censura y de agredir con las palabras a otra persona que no piensa de la misma manera.

Otra de esas realidades también puede ser lo que viene sucediendo en nuestra política, que la convirtió en un ejercicio de manipulación de los demás, es decir, de lograr generar que un grupo de personas piensen o actúen de una manera similar a la que lo hace un caudillo o su partido político, e impulsan a muchas personas a repetir y repetir pensamientos, palabras o expresiones que son ideas de otra persona a quien le conviene que lo hagamos sin analizar lo que decimos o las consecuencias que esto puede traer. Ejemplos de ello hay muchos, porque yo diría que en gran parte la violencia de hoy en día y lo que llamamos polarización tienen su origen allí. De hecho, esta situación desencadena en las redes sociales algo que se llama el algoritmo, esto quiere decir que la misma red me va conectando con estas necesidades o grupos de personas con mis mismas características que la red identifica.

Otro ejemplo de cómo cultivar pensamientos negativos y violentos lo vimos hace unos pocos días en la marcha contra el gobierno actual y fue una señora -ya mayor- que llevada por la emotividad del momento dijo algunas frases como expresión de esa intolerancia del otro que vivimos día a día, como el racismo y aún peor, la expresión de esa violencia con la que convivimos y que no diferencia edades, estratos, género, ni grupo político. Lo que más me llamo la atención de sus palabras fue cuando dijo que “a los comunistas había que darles bala y para el rio”. Pienso que solo fueron palabras pero que me hicieron entender que eso que mi padre me repetía y me repetía es cierto, como esto que gritaba esta señora tiene poder y consecuencias, como lo que estamos cultivando en nuestra mente y corazón son este tipo de emociones y pensamientos para los demás. Me pregunto: ¿cómo seremos de intolerantes con el que piensa diferente que nos lleva a pensar que lo que hay es que aniquilarlo y echarlo al rio? ¡Esto suena perverso! Pero aún peor, se convierte en realidad en muchos lugares de nuestro país todos los días.

Y así podríamos seguir con muchos más ejemplos, como lo que pasó hace 6 años con el plebiscito, que tal vez nos llevó a que la mayoría de las personas que votamos ese día rechazaran los acuerdos que terminaban una guerra que mató a mucha gente y que, además, se originó por la misma intolerancia de quien piensa diferente y de llevar a los hechos los pensamientos negativos y las ideas que se cultivan y se dicen.

La palabra tiene poder, no lo olvidemos y ojalá podamos comenzar a construir una realidad mucho más positiva a través de nuestras palabras y pensamientos todos los días, lastimar menos con ellas, evitar más violencia y tolerarnos los unos a los otros, así pensemos y actuemos diferente.