Hemos regresado a las peores épocas. A esas durante las cuales los desalmados usurpaban vida, honra y bienes de una población que debía pensar igual a los funestos líderes que, acompañados de bandoleros, desafiaban con sus armas y trapos de colores.
El regreso del terror, se agazapa ahora en las fatídicas y aciagas extremas que se disputan el poder, para arrebatar y usurpar cuanto ven a su alrededor.
Desconocen la legalidad pero la pregonan, los derechos de los demás no existen. Manejan justicia, libertad y constitución a su antojo. La paz los incomoda y constriñe, la consideran estorbo inadmisible para sus anhelos de alcanzar e implantar estados totalitarios y de opinión, que consagren sus fechorías.
Caminamos por rutas extremadamente peligrosas para aplastar y exterminar la democracia, los Derechos Humanos, el pluralismo, la libertad de expresión y la paz. Se perfila un estado de opinión sin Constitución, con situaciones de hecho, autogolpes, cierres del Congreso y dominación de las Cortes.
La Colombia que eligió, acompaña y respeta al Presidente Duque, dentro de los principios democráticos ve perpleja cómo un fatídico “neouribismo” la impulsa hacia la Venezuela antidemocrática y “castro-chavista”, que tanto aborrecen y con la cual, ganan elecciones.
Nuestra paz va camino a las trizas, decenas de líderes sociales, niños y jóvenes estudiantes son asesinados, la drogadicción y los cultivos ilícitos crecen exponencialmente, superando las hectáreas que dejó Santos; la economía y el PIB en el abismo, el desempleo incontenible, la ecología en picada, y para completar, la pandemia mal manejada, diezma nuestra población.
Incómodas investigaciones despertaron al líder que irrespeta las normas del Estado Social de Derecho, que insulta a la justicia y sus Cortes, que sin estar en libertad utiliza todos los medios para expresarse, que quiere tener jueces propios y de bolsillo, como la actual Fiscalía. Para Uribe, el detenido, no existe la ley. Se auto absuelve.
Es el ominoso ejemplo que le quiere dejar el expresidente a la juventud colombiana. Ese hombre que lo recibió todo, al que se le toleraron los más pérfidos desafíos, se cree el dios sobre las nubes. Algo debe frenar semejante arrogancia. Ni investigados, ni abogados pueden amenazar, zurrar, intimidar y asustar a la justicia. No hemos llegado aún, al fascista estado de opinión. ¿Estará de regreso el terror?
BLANCO: Vanesa de la Torre tiene razón: Duque se extralimitó. Las Cortes se respetan, señor Presidente.
NEGRO: Los investigados ya eligieron Procuradora a Cabello Blanco. ¡Investigados nombran investigadora!