Todo indica que el próximo domingo, por amplio margen, será elegido Iván Duque como presidente de la República para el período 2018-2022. El compromiso con el Estado de Derecho sobresale, impulsa el relevo generacional sin desechar la experiencia, confirma la vigencia del proceso de paz corrigiendo equivocaciones, como la de haber otorgado al narcotráfico el carácter de delito político conexo. Objetivos prioritarios: La desaparición de la impunidad, de la corrupción, la conquista de una sociedad más próspera e igualitaria, el incremento de la productividad, la creación de empleo formal, al avance en los planes de infraestructura, la adopción de medidas positivas en vivienda, salud y educación. La seguridad se vincula con la prevención del delito, la imposición, aplicación y cumplimiento de penas, existencia digna en ciudades y campos, donde la agricultura sea sostenible, factor de desarrollo equitativo. La disminución del gasto público, la rebaja del IVA, el menor costo de la canasta familiar, la reforma de impuestos y su recaudo óptimo, son indispensables.
Ensayar un socialismo anacrónico sería torpe. Anhelamos en el área internacional la reestructuración de las relaciones con países hermanos. Importante establecer la posición multilateral ante la administración de los Estados Unidos, somos amigos del pueblo norteamericano pero merecemos tratamiento respetuoso y rectificación de normas que afectan a la población al sur del Rio Grande. Acertado suscribir convenios bilaterales con Nicaragua probada de sobra la inaplicabilidad de la sentencia proferida por la Corte Internacional de Justicia en noviembre del 2012, que no puede reformar la Constitución, ni cambiar límites. ¿En qué artículo de la Carta está previsto que estos sean modificados por indebida intromisión de jurisdicción externa?
A pesar del acto ilícito unilateral del gobierno sandinista de declaratoria de “nulidad e invalidez” del Tratado Esguerra-Bárcenas, en febrero de 1980, su intangibilidad permanece ocho lustros después y el Tribunal de la Haya carece de competencia para fallar sobre plataforma continental, parte integral del territorio. La suerte del Caribe depende de la integración, de concretar el gran programa de conservación de especies, de reservas, de fauna y flora, de protección del medio ambiente, de explotación racional de recursos naturales con naciones del área. La defensa de los raizales, de San Andrés y Providencia, el cuidado del archipiélago, sí que requerirá de emprendimiento en el curso de los próximos años. Tiene lógica que Nicaragua y Colombia dialoguen al respecto.
Veo a Gustavo Pero en la oposición, si gana reconoceremos su victoria, aseguraremos la unidad nacional, sin embargo creo que la mayoría preferirá el liderazgo de Duque. Votaremos por un presidente, no estaremos designando un mesías y al final de la jornada seguiremos siendo orgullosamente colombianos.