El Partido Liberal realizó una Consulta abierta para elegir su candidato de cara a la elección presidencial del próximo mes de mayo, cuando tendrán lugar los comicios, los cuales estarán mediados por los del mes de marzo para elegir a quienes integrarán el Congreso de la República el próximo cuatrienio. Su convocatoria estuvo precedida de los cuestionamientos sobre su procedencia, los cuales arreciaron después de conocerse los resultados que arrojó su realización.
Al Partido Liberal le llovieron rayos debido a la baja participación en la misma y a los costos en los que se incurrió, para concluir que dicha consulta fue un rotundo fracaso y que se malversaron recursos que bien podían tener una mejor destinación. Tal planteamiento, como trataremos de demostrarlo, además de simplista, entraña varias falacias y sofismas. Y en el debate que suscitó ha habido más calor que luz.
Como lo afirma el senador Juan Manuel Galán, la Consulta popular para escoger el candidato del Partido Liberal a la Presidencia de la República fue una conquista que se la debemos a su padre, el inmolado Luis Carlos Galán “y fue el motivo principal por el cual regresó al partido después de haber hecho los diálogos y los acuerdos de unión liberal”. Y coincidimos con él en que de no darse estaríamos “retrocediendo 35 años, volviendo a las malas prácticas que tanto criticó mi padre, donde unos caciques políticos se reúnen y toman todas las decisiones, excluyendo a la base del partido”.
Con base en el Acto legislativo 01 de 2009, todos los partidos pueden “celebrar consultas populares o internas o interpartidistas, que coincidan o no con las elecciones a corporaciones públicas”. El 13 de septiembre de 2017 la Registraduría mediante la Resolución 100 05, fijó el 19 de noviembre como la fecha en la que todos “los partidos, movimientos políticos y/o grupos significativos de ciudadanos” podían acudir a la Consulta para escoger sus candidatos.
Esta Consulta, entonces, no fue un invento ni fue fruto del capricho del Partido Liberal, sino que tuvo sustento en una norma legal. El Partido Liberal no tiene la culpa que cuatro de las 5 colectividades que le habían manifestado a la autoridad electoral interés en recurrir a la Consulta para escoger sus candidatos, entre ellas el Centro Democrático y el Partido Conservador, al final, por cálculos político-electoral, desistieran de hacerlo y que, por lo tanto, la misma se limitara sólo al Liberalismo.
Se ha dicho también que fue un despropósito el haber invertido esa gruesa suma de dinero, que la misma hubiera quedado mejor invertida en casas gratuitas o en el programa Ser pilo paga. Con un cuento parecido, Colombia renunció en 1986 a la Copa Mundo, dizque porque “aquí tenemos muchas otras cosas que hacer”, como adujo el Gobierno y al final no se hizo el mundial y muy seguramente las “muchas otras cosas” tampoco. Este es sólo un sofisma de distracción.
*Miembro de Número de la ACCE