La creación desde la Luz mayor es un círculo virtuoso, en el que la entrega es verdaderamente una acción superior. La existencia, como la conocemos, nos ha sido entregada.
No me cabe la menor duda sobre que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Las ciencias, por más avanzadas que estén, no han podido -ni podrán- encontrar algún eslabón perdido entre los homínidos superiores y el Homo Sapiens. Ese es, tal vez, el gran problema de la Modernidad, que ha pretendido negar lo sagrado, sencillamente porque no lo comprende. Yo creo firmemente en que la vida nos ha sido dada a partir de una plantilla divina, el Adam Kadmon, ese Hombre Primordial del Luz referido en la Kabbalah y en el que profundiza el Dr. J.J. Hurtak en Las Claves de Enoc y Metatrón. Creo que hay algo más grande que nosotros, desde lo cual todo proviene.
Así, nos ha sido concedido el cuerpo físico que temporalmente somos, al igual que el ego que desarrollamos para guardar la personalidad y conservar la individualidad necesaria en esta etapa del camino; ese ego habremos de integrarlo y trascenderlo para poder evolucionar. También nos han sido entregados los frutos del agua y de la tierra, con los cuales nos nutrimos diariamente, al igual que el suelo que nos sostiene y el aire que respiramos. ¿Qué damos a cambio, para que la vida fluya en una espiral de amor? ¿Cómo agradecemos tanta generosidad? ¿Cómo nos mantenemos en balance, una de las condiciones fundamentales para que los sistemas de terminación abierta prosperen?
A veces olvidamos el balance, tanto en lo individual como en lo colectivo. Prueba de ello son nuestras muestreas de egoísmo cotidiano, las islas flotantes de plástico, las baterías de litio que han resultado peores que la enfermedad y muchos avances tecnológicos de ciencia con baja consciencia. Al continuar con acciones que nos sabotean la existencia y negarnos a ver esas realidades incómodas no estamos respondiendo en balance a esa entrega generosa desde la Divinidad.
¿Cómo generamos el balance? Con acciones de solidaridad, en la medida de nuestras posibilidades; con manifestaciones de perdón y reconciliación; soltando las luchas, cosa difícil porque por muchos medios las siguen exaltando; haciendo oración los unos por los otros; reduciendo el consumo, reutilizando y reciclando; ahorrando agua y energía… Con seguridad ya estás haciendo estas acciones u otras que se te ocurran y que te invito a compartirme.
En la medida en que cedamos a lo Divino que hay en nuestro interior cederán también las resistencias a actuar en entrega, para vivir en balance. Abrámonos a la Gracia Divina para seguir construyendo formas balanceadas de buen vivir. ¡Hagámoslo posible en nuestras vidas y organizaciones!
@eduardvarmont