Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Agosto de 2015

 “Modelo de ciudad que la izquierda destruyó”

OPINIÓN ORBITAL

La Bogotá de Peñalosa

 

DESDE  hace 15 años Enrique Peñalosa Londoño nos enseñó a los bogotanos cómo era la forma de gobernar seriamente a la capital. Sin dar ni pedir cuartel, quizá con un estilo ceramista muy propio de él, nos dejó  como herencia un modelo de vida que antes ignorábamos y que desde ese momento nos hizo sentir orgullosos de nuestra ciudad.

Realizó una lucha titánica en favor del espacio público, construyó amplios andenes, vías funcionales, amplias zonas verdes, grandes parques y hermosas alamedas, y le imprimió a nuestro transporte público una nueva dinámica social. Él  hizo que los bogotanos, por vez primera, gozáramos  de un bienestar de vida a la altura de las grandes urbes mundiales.

Sin contar a Transmilenio las decenas de colegios, los puestos de salud, las bibliotecas, las jornadas culturales, las vivencias ciudadanas, hicieron realidad los propósitos comunitarios que dan prelación a lo público sobre lo privado y a lo comunitario sobre lo individual. Y sobre todo no concertando con las minorías los derechos de las mayorías. “He nombrado a mis colaboradores pensado solo en su integridad, en su eficiencia y en su experiencia. No me ha preocupado sin son liberales, conservadores, comunistas o budistas”, explicó en su momento la conformación de su aparato administrativo.

Peñalosa nos dejó así un legado de cómo entender, conocer y comprender nuestra urbe. Ahí el secreto de su singular éxito como gestor y administrador de grandes obras que hoy todos tenemos a la vista pero que parece que la gran mayoría trata de desconocer. Un gran balance político y social que la izquierda destruyo tras tres alcaldías para el olvido. Es increíble que no se haya construido un movimiento electoral que haga retornar al Palacio Liévano  al único candidato que puede volver por los fueros de una Bogotá que todos añoramos. 

Petro llegó al gobierno distrital gracias a una profunda división de las grandes fuerzas políticas, división que aún subsiste y que no tiene sentido. Uno no entiende cómo Pardo o Santos no dan un paso al costado y con gallardía y visión de futuro pasan a apoyar a Peñalosa. Permitir que el Polo siga desgobernando y destruyendo no solo la ciudad como tal sino su tejido social es una irresponsabilidad de marca mayor y un contrasentido socioeconómico. Aquí el Partido Conservador tiene la gran responsabilidad de inclinar la balanza por las conveniencias bogotanas, al igual que el liberalismo, Cambio Radical y la U. No hacerlo es imperdonable.

Las próximas elecciones serán decisivas para ese futuro bogotano. Lo que se hace necesario para salvar lo  poco que va quedando a esta maltratada capital es un gran administrador que ponga orden en la casa, la reconstruya y la limpie por dentro y por fuera. EL Distrito Capital tiene que volver a tener dolientes y con nuestro voto debemos comprometernos a que esto vuelva a ser una realidad como en los tiempos que comentamos.

<ASTERISCOS>***

<INTERTIT>Adenda

<BODY TEXT>La política colombiana está aún más enredada que la bogotana. Los debates que se están produciendo por la forma como se deberían aprobar los acuerdos de La Habana y por la propuesta del presidente Santos de convocar a un Congresito para que lo haga. Lógicamente las reacciones de los parlamentarios no se han  hecho esperar y tienen toda la razón cuando dicen que para eso están las dos Cámaras con su representación nacional. Como también es lógica pura que los desmovilizados puedan ingresar a la vida política y hagan campaña para ser elegidos a las corporaciones públicas.

ernestorodriguezmedina@gmail.com