Es oportuno hablar de dos personajes que admiro y respeto -sin proselitismo político- primero, Chucho Lozano, fundador de una universidad en el Chocó. En los años 70, siendo yo director académico del Icfes, viaje a Quibdó, a cerrar una “supuesta universidad, sin pies y cabeza”: tenía una facultad de carnicería y de reparación de buses… Llegué a la rectoría y encontré un profesor parado encima del escritorio del Rector. De ahí me mandó a la cafetería, donde encontré al Rector, quien me recibió con una sonrisa. Y antes de oírme me pidió que todavía no dijera nada. Dos días después ya estaba enamorado del proyecto de Chucho.
Él decía que sus programas eran sólidos, pero que si les damos los nombres de las otras universidades los alumnos se irían del Chocó. Estudié los programas y vi que superaban a muchas de las universidades colombianas. Pero dirigidos a trasformar el potencial geográfico del Chocó. Después de esto, logré que varias universidades de los Estados Unidos les donaran bibliotecas, laboratorios, programas y experiencia. Claro que después, algún político le quitó la rectoría a Chucho: “nunca más Chucho, o alguien de su grupo”: matando la genialidad parra el Chocó.
La señora Francia Márquez llegó a su candidatura para la vicepresidencia por sus logros sirviendo a los demás y al medio ambiente. Ella nació en una vereda de Suarez, Cauca, y de niña trabajo las minas de su vereda, donde los mineros morían “como animales”. Sus logros académicos han sido premiados por instituciones mundiales; su tesis de grado fue laureada; y premiada por la Organización Mundial del Medio Ambiente; la BBC de Londres la calificó entre los diez defensores del medio ambiente del mundo. No obstante, son muchos los que no aceptan que ha sido elegida, por votación popular, como candidata para la vicepresidencia de Colombia.
Esta es la verdad: para Colombia, para la humanidad, para siempre. ¿Quién, alzado en armas, arriesga su vida, su familia, escondido en una selva, sabiendo que está equivocado? ¿Quién, con dos dedos de frente, acude a la violencia para eliminar un enemigo, igualmente culpable, sin antes dialogar? ¿Quién puede votar por un candidato que tiene seguidores que acuden a la violencia?
Estando Jesús en el Templo … sentado frente los escribas y fariseos, le llevaron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio, le dicen: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos mandó lapidar a éstas. Tú ¿qué dices?” esto lo decían para tentarle y tener qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: “Aquel de vosotros que está sin pecado, arrójele la piedra el primero”. E inclinándose de nuevo, continuó escribiendo en la tierra. Al oír estas palabras, se fueron marchando uno tras otro, comenzando por los más ancianos, y se quedó solo con la mujer, que estaba delante. Entonces Jesús se incorporó y le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te condenó?” Ella contestó: “Ninguno, Señor “. Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no peques más” (San Juan 8,11).