Urgente reingeniería, necesitan el uribismo, su gobierno, su partido y su perenne jefe. El ojo al 22 está irritado y con más cepas que el covid. Todos quieren salir de allí antes la intubada.
Nadie imaginó lo que sucedería con los personajes que se dedicaron a atacar lo que oliera a centroizquierda, izquierda o cuanto pensamiento se aparte de su arcaico coleto.
Para ellos ha sido necesario eliminar cualquier estrategia o fórmula que les permita gobernar a Colombia a su manera. Han acudido entonces, a conciertos fronterizos, epítetos y calificativos “castrochavistas” o comunistas, para descalificar dirigentes, líderes y caudillos que no comulgan con su redil.
Su mundo, talante o calaña es lo único admitido. Les estorba hasta la fuerza de gravedad, porque interrumpe su levitación. Nadie más en Colombia ha nacido para gobernar. Se consideran la última palabra.
Pero llegó “ojo con el 22” cambiando inesperadamente los objetivos que se habían fijado desde el 2018 y que llevaron para ello al actual presidente Duque, muchacho preparado en las lides de la élite financiera de Washington y las escalinatas políticas del Capitolio norteamericano, con las que se codeó su progenitor Iván.
Las cosas del destino averiaron el “Proyecto Uribe”. Otro bicho irrumpió y el andamio se resquebrajó. Algo aportó la pandemia, que a ojos de todos tardó mucho en encararse. Se creyó suficiente, impulsar a Duque con manido programa de TV, financiado con el dinero de la que llamó “paz con legalidad”. Aún no se han explicado los contratos secretos, ni en qué arcas o bargueños estará la tal confidencialidad.
A juzgar por las peroratas del presidente, este gobierno, -el del 2018- y siguientes, no permitirían la corrupción, ni la mermelada, ni el pillaje, que empezó con la “ñeñepolítica”.
Las cosas siguen dándose, y de qué manera, en todas las esferas gubernamentales. “Abudinaciones” por todas partes, negociados, “contratitis”, viajes fantásticos, jugarretas políticas, cegueras de los entes de control, dólar desbocado, reformas tributarias desaforadas, inflación incontrolada, Mayorquines, Karen y Quinteros incrustados en plena presidencia, aprovechando la “buena fe” de quien nada controla. Se dice que en donde se mete el dedo sale pus.
Para qué extendernos en los despropósitos, por los que debe responder el uribismo. Esta vez, ni el manido “castrochavismo”, ni el comunismo, ni la mal llamada paz con legalidad, impedirán el cambio que requiere Colombia.
El CD, se desploma. La búsqueda de candidato lo dividió y su ejemplar no fue recibido por falta de experiencia, por unos ineptos exalcaldes inflados por la prensa. Zuloaga, no logra encontrar sitio y ve con horror la derrota. Los candidatos uribistas a Senado y Cámara, no tienen votos. Esperan que Uribe y la Registraduría se los consigan.
Son otros los que están en juego, porque El esquema de los 20 años fracasó y hoy no tiene nada para ofrecer. Colombia le dice chao.
BLANCO: Gran decisión de La Esperanza con Ingrid.
NEGRO: Jairo García Aguirre, otro colega y gran amigo que nos deja. Paz en su tumba.