Banderas electorales
Mientras la campaña por la Alcaldía de Bogotá se monta sobre corrupción, la que se adelanta por la Presidencia de Estados Unidos se basa en los indefensos inmigrantes, indocumentados, ilegales, o como quiera llamarse al enjambre de brazos que ponen en marcha parte muy importante de la economía norteamericana.
En el debate de Caracol, los candidatos a la Alcaldía olvidaron los temas trascendentales, porque su memoria se centró en mostrar lo malo de la administración Moreno que, desde luego, motiva más a los votantes. Pero ideas propias, proyectos de avanzada, propósitos modernos, nada de nada.
Durante una breve estadía en Estados Unidos pude observar cómo los candidatos republicanos se han dedicado a echarle toda el agua sucia a los indocumentados. Los culpan del desempleo, del empobrecimiento del país, de la desesperanza que los invade, de la avaricia financiera y de cuanto los afecte.
El Gobierno, por su parte, muestra cifras de deportados que asombran. Habla de cerca de 400 mil durante el año fiscal anterior. Lo grave es que entre los expulsados hay unos 80 mil que califican de criminales, por una simple infracción de tránsito.
Hoy se aplican las más duras normas. Alabama es el Estado bandera. Allí se detiene a cualquiera por sospecha. Brigadas enteras de policías recorren el territorio buscando ilegales.
Entre tanto, las granjas sufren las consecuencias. No hay mano de obra suficiente para recoger las cosechas. John Mackely, un curtido granjero, narra con estupor su historia: con tres familias venidas del otro lado de la frontera, lograba su cometido. Cada familia ganaba 150 dólares diarios por trabajar entre 8 y 10 horas. Para suplirlos, a raíz de la dura legislación, contrató 50 gringos, a los que tenía que liquidar a 10 dólares la hora, pero al final de la jornada el resultado fue lastimero, los 50 no alcanzaron la meta que cumple una familia mexicana. Los nacionales prefieren ir por el cheque del seguro de desempleo que trabajar sometiéndose a la canícula de esta zona. Las cosechas se pierden y castigan al consumidor final, que debe pagar más por los productos.
Dura es la Ley, pero mucho más acá, con estos resultados económicos.
Blanco. La honrosa condecoración que el Congreso de Estados Unidos otorgó a los colegas Enrique Córdoba y Eucario Bermúdez por sus servicios a la Comunidad Hispana. Felicitaciones.
Negro. Las preguntas innecesarias sobre la liberación de Nohora Valentina. Lo importante es que está libre.