GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Abril de 2013

Democracia en apuros

 

Desde el momento en que se agravó Chávez y el misterio que le pusieron a su estado, el búnker en que lo aislaron y los desarrollos posteriores, se veía venir el “chocorazo” que estaban preparando sus partidarios con Maduro a la cabeza, para malograr el resultado de las elecciones y el golpe brutal a la democracia venezolana.

El plazo fatal que dieron para la realización de las elecciones sirvió para que los apesadumbrados partidarios del líder, no se percataran de que su “padre amado” había dejado este mundo y no pudieran siquiera digerir la clase de reemplazo que les habían impuesto. Maduro, desde luego, es un dirigente sindical que se vino preparando para el manejo de la cosa pública, pero… no hay que pedirle peras al olmo. El manejo de una nación de la categoría de Venezuela requiere destreza, conocimiento, inteligencia, capacidad, aptitud, experiencia, habilidad y tantas cosas más, que ni siquiera el mismo Chávez poseía.

Vino la campaña propiamente dicha y el mundo entero pudo apreciar millares de desmanes, desde decretos y medidas, hasta la utilización desmedida de los dineros del Estado para ganar adeptos. Entre tanto los rivales de Maduro, llamados oposición, estaban marginados de todos esos beneficios.

Realmente el discurso de Maduro, no tenía nada. Solo pajaritos y reclamos de la paternidad de su protector, que de la noche a la mañana se convirtió en santificado y milagroso.

Increíble que un país tan poderoso y rico como Venezuela se encuentre en situación económica tan lamentable por culpa de la pésima administración de Chávez, un gran caudillo, pero tan preparado como Maduro. Lógico que las clases política y empresarial tuvieron gran culpa de lo que allí ha pasado, por falta de sentido social. Había gente que viajaba a Miami a hacer mercado y exageraban la nota aumentando la desigualdad.