General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Octubre de 2015

 

“No se concibe autoridad sin institución policiva”

PRISMA

Futuros alcaldes (III)

Continuando con nuestro propósito de aportar ideas sobre la seguridad, y  tratando de llegar hasta los futuros alcaldes esperando que ella sea prioritaria en sus administraciones, por ser un clamor ciudadano, nos ocuparemos en esta columna de otros componentes, pretendiendo  ganarle al tiempo para llegar a  elecciones con estos temas agotados. En anteriores notas nos referimos a la ciudad y los ciudadanos, hoy enfocaremos la policía y la administración que representa la autoridad, instituciones que deben identificase en sus objetivos aunando esfuerzos para bien colectivo.

La policía es de suprema importancia en el devenir ciudadano y un apoyo permanente para las autoridades político-administrativas, que en últimas  deben responder como lo manifestamos en notas anteriores, por la organización de la comunidad y el mantenimiento de la ciudad. No existe comunidad sin autoridad y religión y no se concibe autoridad sin institución policiva, la Policía Nacional es responsable de la incorporación, formación y capacitación  de sus hombres, los que deben ser motivados en el período de educación, para lograr una vez graduados como patrulleros policiales, el compromiso de fidelidad y amor por el servicio; su profesionalismo juega papel preponderante de cara a los procedimientos de policía, haciendo de las actuaciones demostraciones permanentes de autocontrol, tolerancia y conocimiento de la ley. La institución brinda a los alumnos una formación integral, pero es recomendable que los burgomaestres en sus sectores se preocupen por proporcionar a estos hombres, una instrucción especial que les permita desempeñarse con eficiencia en regiones muchas veces para ellos desconocidas, cuyas idiosincrasia y costumbres, les  suenan extrañas por ser oriundos  de otras zonas; estos hombres son de un lado, desvelados supervisores del mantenimiento y conservación de los elementos componentes del concepto ciudad, puestos al servicio de las colectividades, y por otro, los motores encargados de organizar, controlar y dirigir el comportamiento ciudadano hacia el respeto mutuo, el acatamiento de las leyes, a más del compromiso en mantenimiento, embellecimiento  y  cuidado del ornato de la ciudad.

En cuanto a las administraciones conscientes del compromiso con la ciudadanía  y reconociéndose  como un componente más de seguridad, con acaldes a la cabeza, los secretarios del Despacho y todas las entidades que hacen parte del andamiaje gubernamental y administrativo, tienen la obligación de desarrollar estrategias y programas, direccionados a apoyar la institución Policía Nacional, destinando recursos, medios y tecnología para facilitar la eficacia en el servicio, lo anterior sin perjuicio del mantenimiento y conservación del concepto ciudad y la organización de la sociedad buscando construir el tejido social que permita unir esfuerzos para lograr un frente amplio con miras a cerrar el paso a las patologías sociales que hacen tanta mella en el concepto de seguridad y la sensación de tranquilidad que debe reinar en todas las urbes del país.