Finalizando el año 2016 el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, vaticinó que el 2017 sería “mejor para la economía colombiana en comparación con el 2016” y a la postre resultó peor, porque no sólo no creció más que el año anterior sino que la desaceleración se aceleró. Conocidos los resultados del tercer trimestre de 2017 reportado por el Dane, el ministro Cárdenas, asumiendo que la economía tocó fondo, pronostica que “lo peor ya pasó”. No obstante, en el Plan Financiero del 2018 se redujo la meta de crecimiento para el 2018 del 3% inicial a 2.7%, más cerca de la previsión del FMI, que es del 2.8%.
Aunque la actividad extractiva empieza a dar muestras de su reactivación, después de cuatro años de letargo, todavía esos retoños están verdes. Los sectores líderes de los últimos tres trimestres han sido el agropecuario, el sector financiero y los servicios sociales, los cuales impidieron que la ralentización del crecimiento fuera mayor. En el último trimestre el sector agropecuario creció el 7.1%, el financiero y servicios sociales crecieron el 3.2%. Entre tanto la industria siguió en terreno negativo con el -0.6%, al igual que minas y canteras que, con -2.1% completaba tres trimestres en terreno negativo.
De cara al 2018 la mayor preocupación sigue siendo el mediocre desempeño de la producción industrial, la cual ha venido creciendo en los últimos cuatro años por debajo del 50% del ritmo de crecimiento del resto de la economía. Por primera vez la industria acusa un decrecimiento durante tres años seguidos, al tiempo que decae tanto en términos absolutos como relativos. Pudo más el efecto de la enfermedad holandesa que la diezmó que la apertura de mercados externos por cuenta de los TLC que se suscribieron desatentadamente. En declaraciones recientes no dudó en calificar el 2017 como “el año de la recesión industrial”. De poco sirvieron los intentos del Gobierno de reanimar este sector, primero con el PIPE y después con Colombia repunta, que nunca repuntó. Para Bruce “el gran reto es construir una base sólida para el sector en 2018”, pero ello no será posible mientras se siga creyendo que la mejor política industrial es no tener política industrial.
El Gobierno aspira y espera un mayor dinamismo de la actividad económica el año entrante, dejando atrás la mala racha de la industria, apostándole a un crecimiento de esta del 1% en 2018 con base en un mayor crecimiento del comercio, del 2.2%, después del magro crecimiento en 2017 de 0.9%, un crecimiento mayor por parte de los establecimientos financieros, que supere el 3% y aceptando que el sector agrícola seguirá creciendo pero a un ritmo inferior al de 2017, pasando del 5.1% a 1.3% en 2018. El Gobierno espera que el consumo, que lleva un largo rato de capa caída, con un débil crecimiento del 2.1% en 2017, reaccione y llegue siquiera al 2.7% en 2018.
*Miembro de número de la ACCE