GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Febrero de 2013

Uribe

 

Se  es adverso a Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe. Se conceptuó que el Presidente de la República durante 2010-14 debería entender de economía y guerra y, en orden decreciente, estas fueron las preferencias: Rafael Pardo, Santos y Marta Lucía Ramírez. Pardo tenía a su favor la cercanía a una gestión exitosa de paz con el M-19 y ser autor de De Primera Mano. Colombia 1986-1994: entre conflictos y esperanzas (1996) y La Historiade las Guerras (2004); sus competidores carecían de trayectoria bibliográfica comparable. La lid se centró en Santos y Antanas Mockus y se escogió al segundo por ser el faro ético de la política colombiana, su desvío del clientelismo y ser enérgico.

Se mantiene el desagrado por las reelecciones y se simpatiza, como alternativa, con el aumento del período presidencial a cinco o seis años, es decir, la solución mexicana. Santos buscará repetir y a Uribe tal vez le hubiera agradado competir con Hugo Chávez al respecto. Los colombianos debemos leer al expresidente, cual se hizo con No Hay Causa Perdida (2012) sobre su mandato. Uribe influirá por mucho tiempo en virtud de una popularidad que disminuirá anualmente en magnitud infinitesimal y deberían analizar los estudiosos del modo colombiano de ser.

Primero lo positivo. Asume  responsabilidad por sus actos y no la descarga. Habla  de transparencia al explicar la evolución de diversos acontecimientos, aunque haya ángulos criticables; esta modalidad debe persistir y ojalá se añada el sentido en que, en esta columna, se utiliza: cese de las facultades discrecionales en el Estado y reemplazo por la transparencia absoluta comenzando por la política de personal. Complace que probablemente se justifique  el procedimiento seguido para “neutralizar” a Raúl Reyes y no solicitar la colaboración del Gobierno ecuatoriano, aunque la materia ya no se escapa del juicio de la historia; asimismo. la trinidad conceptual. Se coincide con el juicio sobre Chávez quien cerró el comercio con Colombia y se refirió al Eln y las Farc como “ejércitos bolivarianos”. Es convincente el relato sobre las Convivir.

Llama la atención que Uribe no profundice  en lo siguiente: Yidispolítica, los líos de varios de sus exaltos funcionarios, si las fallas de la seguridad comenzaron en su época o la de Santos y las concesiones mineras y su alcance ambiental. ¿Temas para próxima edición?