Guillermo Franco Camacho | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Mayo de 2015

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Publicaciones  de Rodrigo Parra Sandoval y propia se citaron, en ocasión anterior, como antecedentes para el examen del objetivo de política educativa del presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, consistente en que, a largo plazo, Colombia se convierta en el país más educado de la América Latina y sea la oportunidad para comentarlas. La obra personal se titula “Rendimiento de la Inversión en Educación en Colombia” y la versión definitiva se incluyó en Planeación Universitaria (Asociación Colombiana de Universidades-Fondo Universitario Nacional, Bogotá, 1965) editada con motivo de la Primera Reunión de Oficinas de Planeación Universitaria y fue presentada por Alec Bright, Marina de Eusse y Eduardo Aldana. Se mide la tasa privada de rendimiento de la inversión en educación, antes del pago de los impuestos, y acorde con sexo y clase de educación; es evidente la exclusión de economías externas y gastos gubernamentales. Los desembolsos educativos se consideran inversión, aunque se es consciente de su naturaleza compartida como consumo.

Se dividió la educación en académica y técnica a partir de la base común de primaria; la primera rama incluyó el bachillerato y la universidad con carreras tradicionales como medicina y derecho y recientes como economía y sociología. La segunda rama: educación media técnica y estudios superiores. Hubo, en las tasas resultantes, un resultado espectacular: 80% al eliminarse el analfabetismo femenino; el segundo y tercer lugares correspondieron a hombres con nivel primario (20%) y bachillerato (30%) y luego siguieron 19% para universidad y educación media

masculinos. Con 13% y 15% se ubicó la formación femenina en universidad y educación media. Se sugirió, como prioridad gubernamental, el nivel primario (hombres y mujeres) y el bachillerato masculino. Se asumió que el gasto en educación es una variable independiente pero ¿lo era y lo es?: duda existencial. Por otra parte, se concluyó que la educación era rentable en lo personal y se justificaba el crédito educativo establecido en esos días. Ahora viene Rodrigo Parra Sandoval con Análisis de un Mito. La educación como factor de movilidad social en Colombia (Universidad de los Andes, Bogotá) divulgado en los setentas; la educación no impulsa la movilidad social ascendente, lo cual es coherente con el carácter de variable dependiente. Los fenómenos negativos se observan, también, en EE.UU. Véase The Economist, enero 24, 2015.