GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Mayo de 2014

Figuras

 

En  relación con Titanes de la Historia, de Simón Sebag Montefiore y otros, se expresó extrañeza por limitarse la categoría de los historiadores a Heródoto. Es cierto que dichos estudiosos básicamente registran y analizan los acontecimientos y no los forjan pero su examen puede contribuir a que no se repitan, lo cual equivale a crear hechos nuevos. Existen conjuntos adicionales de personalidades que sería deseable no ver en la realidad y tal es el sentimiento inspirado por individuos como Nerón, Cómodo y los Borgia, César, duque de Valentinois, en particular.

Se ha visto, en ejercicios previos, a Ramsés II, Nabucodonosor y Ciro el Grande, o sea, una combinación de estadistas, políticos y guerreros y pueden agregarse David y Salomón, Gengis Kan, Tamerlán o Timur, Atila, Gustavo Adolfo, Carlos XII, Napoleón Bonaparte, Wellington, Carlomagno, Marco Aurelio, Tito, Vespasiano, Herodes el Grande, Judas Macabeo y hermanos, Ricardo III, Enrique V, Carlos V de España y los Reyes Católicos (Fernando e Isabel); no se olvida, en la lista, a Aníbal quien fue el más cercano en vencer a Roma y de quien se recuerda su prolongada y exitosa estadía en suelo italiano. Los autores incluyen filósofos con realce en Aristóteles -se leerá, algún día su Política- y Platón  y el ya citado Marco Aurelio es un ejemplo de su teoría del “rey filósofo”. Agrada ver personalidades vinculadas a la religión y la ética: Buda, Confucio, Jesús, Mahoma y el caso curioso de un estudioso de la guerra, cual fue Sun Zi o Sun Tzu, general chino de la remota antigüedad, siglo V.A.C., cuyas sugerencias pueden aplicarse en varios campos de la actividad humana, es decir, la bélica, política y psicología de las relaciones interpersonales. Se citan, entre sus tesis, romper la resistencia del enemigo sin batallar (finalidad ideal de la estrategia indirecta), conocer el comportamiento del adversario (acostumbrado en el ajedrez) y agregaría al ganar  no cobrar el triunfo y lograr una solución cortés y amistosa. Se releerá El Ejército y la Guerra (Emecé Editores, Buenos Aires, 1982) que contiene el texto de Sun Tzu y El ejército en los países democráticos, de Alexis de Tocqueville.

Aparecen, también, los conquistadores al servicio de España y Portugal  como Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Francisco Pizarro y Magallanes. Vale la pena profundizar en momentos de liderazgo entre Oriente y Occidente.