Hacia una cultura de honestidad | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Marzo de 2017

“El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho.” Lucas 16:10.

La cultura se forma con las creencias y valores que hacen parte de una sociedad. Una sociedad con los valores correctos tendrá una cultura correcta. Todos sabemos que los escándalos de corrupción en Colombia son frecuentes y nos dan una muestra de la falta de valores que algunas personas tienen.

Es posible que estas personas no hayan tenido padres en casa que les enseñaran acerca de no robar y de ser honestos en la vida. Probablemente, si hubieran tenido padres que se sentaran con ellos, para amarlos y enseñarles acerca de Dios y de Su Palabra hoy no estarían en una cárcel presos por no seguir las enseñanzas  divinas.

Y es que en Colombia hay todo tipo de corrupción. Corrupción pequeña, mediana y grande. Desde los que viajan en Transmilenio sin pagar, hasta los que toman material de sus empresas que no es suyo y que no les han regalado, hasta los gobernantes y empresarios que han hecho millonarios negocios con sobornos y faltando a las leyes.

Son tan altos los niveles de corrupción, que se calcula que anualmente el país puede perder 20 billones de pesos, cifra mayor al presupuesto anual de Bogotá.  Aunque existen leyes, documentos Conpes y organismos de control, lo cierto es que aún lo niveles de corrupción son considerables.

Sin embargo, si se han tomado las diferentes medidas legales, ¿Que está fallando para que en Colombia tengamos tanta corrupción? El punto es que una parte de la cultura tiene una mentalidad sagaz, tramposa, y deshonesta producto de la falta de fe en Dios y de la enseñanza de sus palabras.

El asunto es que entre todos debemos construir una nueva cultura de honestidad en cada área de la sociedad. Hace un tiempo que estuve en Alemania me sorprendió como las tiendas tenían sus productos afuera sin la menor vigilancia y las personas solo pasaban y llevaban lo que querían. Yo pensaba que si fuera acá seguramente ya habían robado varios productos.

Y, ¿Cómo podemos cambiar la cultura? Todo empieza con Dios que es el único que puede cambiar el corazón humano con el gran amor de Jesucristo y sus enseñanzas dadas en la Iglesia, y continua con las familias que tienen estas enseñanzas y las entregan a sus hijos, que luego saldrán a la sociedad a hacer de acuerdo con lo que aprendieron en su casa y en su Iglesia.

La deshonestidad genera pobreza y una cultura de robo y de falta de respeto por los bienes ajenos. Una cultura de honestidad  produce integridad en el carácter para todas las relaciones sociales.  Una cultura de honestidad genera una sociedad trabajadora y honrada, un gobierno que usa los recursos para servir a los ciudadanos. Una cultura de honestidad produce empresas prosperas.

¿Cómo empezamos a hacerlo? Debemos empezar por nosotros mismos, pidiéndole a Dios que nos muestre el corazón y que nos haga hijos suyos honestos. Inicia pidiéndole perdón a Dios por cada acto de corrupción pequeño o grande que hayamos cometido.

*Politólogo Universidad del Rosario.

@feliperangel81.