Para quienes laboramos en cercanías a Bogotá y nos desplazamos a la región sabana Centro a laborar, se ha vuelto sumamente difícil movilizarnos, debido al alto flujo vehicular, los accidentes que esperan al tránsito y a la aseguradora, la fusión de autoridades del distrito, de los municipios y la Policía Nacional en materia de tránsito, los huecos, la falta de señalización oportuna para acceder a desvíos, el alto cobro de un peaje por circular doce kilómetros, el incontrolado número de motocicletas que se pegan literalmente a las numerosas ambulancias (no se si con pacientes), que recorren la trocha tipo carreteable de la carrera 45 de Bogotá, mal llamada autopista norte, etc., que se suman a una experiencia diaria agotadora, de entre tres a cinco horas por jornada, tan solo para el desplazamiento.
Tanto los colegios, como las universidades, que en el sector educativo contribuimos con buena parte del tráfico de la autonorte, con la autorización de las autoridades correspondientes, deberíamos, al igual que fábricas y empresas, considerar un horario diferencial o volver al desarrollo de actividades en forma híbrida a través del teletrabajo.
"Teletrabajar" es sumergirse en un océano de posibilidades laborales desde la comodidad del hogar, donde las fronteras entre la vida personal y profesional se difuminan gentilmente. Es una danza entre la productividad y la flexibilidad, donde la oficina se transforma en un espacio virtual donde las ideas fluyen libremente a través de las ondas de internet. Es liberarse de las cadenas del desplazamiento diario y abrazar la libertad de diseñar tu propio horario, mientras te sumerges en un mundo digital de colaboración y creatividad. Es trabajar con la mente despejada y el corazón ligero, sabiendo que tu hogar es ahora tu santuario de productividad.
Trabajar en línea nos invita a apreciar la ausencia física del compañero de trabajo o la inquietud predominante del estudiante, manifestaciones palpables de la interacción humana que, a pesar de ser propias, adquieren un nuevo significado en el mundo digital. En esta era de conectividad constante, valoramos más que nunca los momentos compartidos en persona, donde la comunicación va más allá de las palabras escritas y se enriquece con gestos, expresiones y la energía del contacto directo.
La principal ventaja de trabajar en persona radica en la posibilidad de establecer conexiones más profundas y significativas con colegas y compañeros, así como una comunicación más fluida y efectiva. El contacto directo permite la construcción de relaciones interpersonales sólidas, facilita la resolución rápida de problemas y fomenta un sentido de pertenencia y colaboración en el entorno laboral. Además, trabajar en persona facilita la generación de ideas creativas y el intercambio de conocimientos de manera más dinámica, promoviendo un ambiente de trabajo enriquecedor y motivador.
La necesidad de desplazamiento diario en zonas congestionadas como Bogotá y la región de Sabana Centro resalta la importancia del teletrabajo como solución viable. Aunque este ofrece flexibilidad, el trabajo en persona sigue siendo vital para establecer conexiones profundas y efectivas en el entorno laboral.