¿Cómo nos fue en la Cumbre?
Cada quien puede opinar sobre la Cumbre, con pleno derecho. Todo parecer es respetable. Las conclusiones no son iguales, porque cada cual tiene diferentes modos de ver las cosas, diversas apreciaciones, conceptos y expectativas, sin medir que cuando el concepto recibe carga política las conclusiones son diferentísimas.
Bien por Colombia. La reunión tuvo apropiada organización y a los visitantes se les mostró un país serio, moderno, en pleno progreso, conviviente. No se vieron los inconvenientes que sufrimos, pero no había necesidad de mostrarlos. Nadie venía a investigar la pobreza ni la violencia. Lo importante era hacerles ver que a pesar de nuestros problemas, el país funciona.
El presidente Santos salió bien librado. No era fácil. Una Asamblea de esta naturaleza requiere mucho trabajo y responsabilidad. Fue un magnífico anfitrión y nos representó con dignidad y éxito a los colombianos. No nos podemos quejar. Al contrario, aplausos. También a la señora cancillera, María Ángela Holguín, porque se lució.
No hubo dificultades en materia de seguridad. Magnífico, pues en este aspecto existían prevenciones, con razón. Bien Ejército, Policía y todos quienes trabajaron en esta materia. ¿Exceso de controles y vigilancia? Qué tal que no. Teníamos a la gente más importante de América y el mundo.
Nadie podría creer con seriedad que se iba a lograr la reincorporación de Cuba al sistema Interamericano. Se dio un buen paso. Cuba ganó mucho, porque estuvo varias semanas visibilizada y de boca en boca. Me agradó.
Tampoco podía esperarse que se fuera a legalizar la producción y comercialización de estupefacientes o a despenalizar el consumo. Pero se avanzó bastante y hay que seguir la lucha.
Conociéndose las relaciones de Estados Unidos y de Canadá con Inglaterra, era de suponer que estarían neutrales en el asunto de las Malvinas. Lamentable, pero así son las cuestiones internacionales.
La OEA ganó puntos, porque sin ser un foro de dicha Organización fue bastante lo que hizo para el éxito del evento. Felicitaciones al secretario Insulza y su gente.
Los que no vinieron también le sacaron ganancia a su posición, respetable en todo caso, en sus respectivos países. Es una pena para todos la enfermedad del presidente Chávez.
Al presidente Obama le fue bien. Más allá de lo que hizo o dijo, estuvo en Latinoamérica, codeándose con la gente de la región. Eso da votos. Hay elecciones y muchos son los electores latinos.
Hay críticas porque se hicieron gastos. Si, nada de esto es gratis. Colombia tenía que salir bien del compromiso y estuvo a la altura de las circunstancias. La plata fue bien invertida. Lo que ganamos en presencia internacional vale mucho más.
Lo importante de esta clase de certámenes es que se puedan juntar presidentes, jefes de Gobierno y Estado, figuras sobresalientes del continente, en un ambiente de cordialidad y respeto. Ello garantiza convivencia, genera aproximaciones, cultiva amistades, supera recelos, brinda confianza. Eso es lo que se busca y se logró. De ahí para adelante, todo es ganancia.