Completa mañana 36 meses de improvisación la alcaldesa Claudia López y los celebra exagerando el encierro y la inmovilidad de los bogotanos con un pico y placa sin planeación, un pésimo programa de obras sin sentido alguno y arrebatando anticipadamente el salario mínimo a los pobres.
La funcionaria, que nunca ha podido encontrar asesores preparados, puso a pensar a la Secretaría de Movilidad, Deyanira Ávila sobre la mejor manera de mortificar a una población que requiere movilizarse. Consideró ella, que lo mejor era aliarse con el covid, ahora denominado “perro del infierno”, para exasperar y encerrar nuevamente a los capitalinos.
36 meses lleva la capital a la deriva. La alcaldesa solo pensaba en el metro, que también está retrasado, porque los diseños que deberían estar listos el 22 de diciembre demorarán 3 meses más, y sin embargo las adelanta obras sin ese requisito.
Pese a que ha sido la mandataria que más dinero ha recibido por créditos expeditamente aprobados por el Concejo y los que le han dado Duque y Petro, no se ocupó de preparar la urbe para soportar el crecimiento de una gran ciudad. Creyó que un mal y exagerado “pico y placa”, podría resistir el creciente tráfico. Olvidó que avenidas, calles y caminos se deterioran. No existe una sola vía sin troneras, huecos y obstáculos. Solo se ocupó de ciclorrutas, robando espacio a los vehículos. Las garantías que se dan a los automotores nuevos que ruedan por Bogotá, no alcanzan a la mitad que cubren a las de otras latitudes.
Difícil adivinar el pensamiento de una funcionaria, que durante 36 meses despacha desde el Palacio de Liévano, solo mirando la Plaza se Bolívar y desplazándose en su flotilla oficial con motos abriéndole paso.
Habla de obras por millares que está ejecutando, o que hasta ahora empezó a realizar. No hay vía alguna que no esté repleta de “maletines” y huecos, con escasos trabajadores que deben tomar transportes públicos durante horas para llegar a las obras.
Hay que tener en cuenta la brillante idea que se tomó con su secretaria de movilidad, de adelantarse al día en que la gente recibirá el incremento del salario mínimo, para elevar las tarifas al transporte público y las multas por las “obligadas” faltas al tránsito. Quiere eliminar el carro particular, del que tantas familias viven y cobrar millonarias por el pago solidario, para ni siquiera tapar un hueco.
Este desorden, esta falta de planeación, esta improvisación y en general todas las alcaldadas de los últimos 36 meses, se encaminan a buscar la presidencia en el 2006, arruinando a los odiados ricos y a los carros de los pobres, mientras destruye la ciudad y la deja en poder de mafias y pandillas que la convierten en un gueto invivible.
Claudia frena el turismo, el empleo y la riqueza mientras el hampa nos agobia y nos encierra.
Vivimos en caos que cumple 36 meses y el próximo lunes continuará.
BLANCO: Un feliz año para los bogotanos y ojalá con nuevos aires.
NEGRO: Aún faltan 12 meses…