Jaime Alberto Arrubla Paucar | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Octubre de 2015

SOLO UN COMUNICADO

¿Desacuerdo sobre lo acordado?

Con  alborozo recibimos en Colombia y en el mundo entero el anuncio sobre el acuerdo en el tema de justicia que se firmó el pasado jueves en La Habana. No obstante que no se trata de un acuerdo final, el cual quedó pospuesto para marzo del próximo año, la verdad es que el punto de justicia es el más álgido en todo el proceso y donde más diferencias se observaban entre las partes del conflicto. Así que llegar a un acuerdo es motivo de regocijo y celebración para los  que creemos en una paz negociada.

El problema es que no conocemos el  tan anunciado acuerdo. Se dice por ahí que es voluminoso, que consta de 22 páginas, que tiene más de sesenta principios y muchas otras cosas más, pero lo único que se dio a conocer a la opinión pública fue un comunicado de una sola página, donde se sintetiza la esencia del acuerdo.   No sé de donde sale esa política de mantener las cosas en medio secreto;    procedimiento que ocasiona malas interpretaciones; no solo por los terceros, oposición, políticos, funcionarios públicos y la sociedad colombiana en general, sino incluso por las mismas partes que se encuentran en negociación.

La primera interpretación equivocada que destaco fue la torpeza del guerrillero Márquez en su trino del viernes, de señalar que estos acuerdos llevarían a juzgar por esa jurisdicción especial para la paz a los últimos expresidentes de la República. Nada más descabellado. Los expresidentes, por su actuación en ejercicio de sus cargos, gozan de fuero constitucional y para modificarlo se requiere una reforma que sustituya la Constitución y no un comunicado de la mesa de La Habana.

Viene luego el Fiscal General, interpretando el acuerdo que no conocemos, a decir que se suspenden todas las imputaciones contra la guerrilla. Ello no es posible, mientras no se dé la refrendación de los acuerdos, que los incluyan al sistema jurídico colombiano, todo apresuramiento raya con el prevaricato. Como también es apresurado decir que ello acaba con el fuero que por Constitución tienen los exgobernadores que se les imputan delitos en el ejercicio de sus funciones. Claro que también supone reforma constitucional, que obviamente no se va a dar.  Además que tendrían derecho al principio de la favorabilidad.

También entran los jefes del equipo de negociación del Gobierno a señalar apresuradamente que no habrá impunidad y que habrá penas de reclusión para todos y confinamiento de tropas guerrilleras. Eso no lo dice el comunicado y no sabemos qué dice el acuerdo. Ripostó el otro lado de la mesa, a decir que eso no es cierto, que lo acordado es diferente. Pareciera que hay dos cosas distintas; una, la restricción de la libertad para los que confiesen y otra la privación para quienes no lo hagan y resulten condenados. Lo primero es libertad con limitaciones, parece que en trabajos comunitarios, que indirectamente exigen un arraigo en una población cercana al sitio de la obra; lo segundo es privación en reclusión que es muy distinto. 

Sería conveniente que los colombianos conociéramos el acuerdo y no un comunicado de prensa para no llegar a interpretaciones equívocas como está sucediendo. Al paso que van las cosas, todo indica que van a necesitar un acuerdo sobre lo acordado.