Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 7 de Octubre de 2015

LAS AUDIENCIAS

Colombia y Nicaragua

Colombia  y Nicaragua deben dialogar, cuando casi han pasado tres años de la sentencia de la Corte Internacional de La Haya de noviembre del 2012 que desconoció el meridiano 82 como frontera marítima, independientemente de lo que ocurre en el Tribunal donde se discute en audiencias preliminares si este es competente para conocer de dos nuevas demandas, una por incumplimiento del fallo y otra tendiente a validar la solicitud de extensión de la plataforma continental del Estado centroamericano a más de doscientas millas.

Sobre la primera, desde hace tiempo lo hemos dicho: la sentencia es inaplicable. Así se declarara competente la Corte solamente mediante un Tratado podrán fijarse fronteras marítimas  con Nicaragua y otros países -tal el caso de Honduras, Costa Rica, Panamá y Jamaica-. Los argumentos de Colombia presentados en el estrado son claros aun cuando el diario Trinchera de  Managua titule lo contrario. Conviene recalcar el hecho positivo de que tanto Nicaragua como Colombia han convivido estos meses sin problemas, que son infundadas las acusaciones sobre  cualquier ataque por parte de Colombia a Nicaragua y que debemos reconocer cómo dicha nación se ha mostrado prudente. No entiendo, después de treinta y cinco años de estudiar, de opinar respecto del  problema,  la demora en el sustento por parte de Colombia de la tesis de inejecutabilidad de la sentencia adoptada por el presidente Santos, ni que, a pesar de las manifestaciones del presidente Ortega de aceptar el diálogo, sigamos donde estamos ahora como consecuencia de haber  comparecido a dicha Corte, hace más de una década, a afrontar controversia fundada en un acto ilícito internacional aceptado por el Tribunal. Se requiere integrar una comisión bilateral, precisar nuestra posición y escuchar la de Nicaragua. No hacerlo es sembrar tempestades. Si en La Haya sostenemos que  se necesita un Tratado para el cumplimiento de la coja sentencia del 2012 corresponde actuar en esa línea.                              

En cuanto a extensión de plataformas continentales la Corte es incompetente.  Cualquier decisión, en el caso de las Malvinas, del Estrecho de Gibraltar o de Nicaragua y Colombia sería un escándalo. Romper la intangibilidad de los Tratados es crear desorden mundial. Colombia, que no forma parte de la Convención del Mar, que se retiró de la jurisdicción de la Corte así el Gobierno haya determinado volvernos a presentar en La Haya frente a las dos demandas últimas y que no tiene  por qué actuar en la Comisión de límite de Plataforma de la Organización de Naciones Unidas, debe señalar que si la Corte se califica competente nos asiste el derecho de retirarnos de la Litis. Ningún fallo, adverso o favorable, referente a modificar nuestra plataforma, será aplicable. El tema no es debatible.