Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Noviembre de 2015

“El Presidente fue víctima del holocausto, no autor”   

DEMENCIAL ACCIÓN DEL M-19

Belisario Betancur y Colombia

El  expresidente Belisario Betancur es un demócrata  cuya vida ha estado al servicio de Colombia.

Hace treinta años, en demencial acción  del M-19, financiada por el Cartel de Medellín y el narcotráfico interesado en desaparecer pruebas y ocultar delitos, con uso abusivo del nombre del Precursor de la Independencia don Antonio Nariño, en contra de la extradición como punto principal del documento preparado para la opinión pública, se produjo el holocausto, la muerte de once magistrados y de cien personas en el Palacio de Justicia puestos como escudos humanos. Quienes organizaron la operación querían un juicio “revolucionario” al Presidente por “incumplimiento” de compromisos adquiridos con la guerrilla. Sabemos quiénes fueron los responsables de la toma, que desde el comienzo no fue acto de combate matar a guardias privados y tomar indiscriminadamente rehenes sin respeto por el principio de humanidad y que aún se investigan excesos de las Fuerzas Armadas, o de algunos de sus miembros, en errores de la operación de rescate. Ahora, el señor Fiscal General de la Nación sorprende con la teoría  insólita  de que la fuerza pública  conocía del plan y permitió su ejecución para golpear a la subversión e indica que escuchará a ministros de la época para enredar más todo. ¿Citar a Jaime Castro, Noemí Sanín y Enrique Parejo, para qué? Hasta repetir versiones de integrantes del M-19 ya amnistiados carece de sindéresis.   

El presidente Betancur ha lamentado que, sin quererlo, haya podido ocasionar perjuicios a cualquiera de sus compatriotas. Es un gesto loable. Él actuó en conciencia. Por decisión de los juristas sobrevivientes y merced a la cooptación desempeñé el cargo de magistrado de la Honorable Corte Suprema de Justicia, Sala Constitucional, en reemplazo de uno de sus ilustres integrantes víctima de la violencia. Doy fe de la actividad del Gobierno para restablecer el imperio de las instituciones, a pesar de los embates del narcotráfico, de sus acciones criminales, del asesinato inclusive del magistrado Hernando Baquero Borda, el 31 de julio de 1986.

La vigencia de la democracia después del infausto acontecimiento se la debemos al gobierno Betancur. Fue víctima del holocausto, no autor del mismo. Quienes, en difíciles circunstancias, aceptamos la misión de colaborar en el restablecimiento institucional, en la reconstrucción de expedientes y en la administración de Justicia, en buena parte logramos nuestro cometido gracias al presidente Betancur, quien afectado por la adversidad, con la tragedia de Armero encima, siguió adelante, consiguió recursos, dictó decretos, encauzó acciones, no desató violencia, supo capear el temporal, reunir y no distanciar, preservó la dignidad del Estado. En cuanto a las Fuerzas Armadas, ¿qué hubiese sucedido de no haber ellas actuado? Así lo declaro y lo reconocerá la historia.