JMJ | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Enero de 2019

La Jornada Mundial de la Juventud es una genuina celebración espiritual que convoca cada dos años a los cristianos.
Es una convocatoria en clave de reflexión alrededor de un mensaje de fondo que, a modo de detonante, suscita una explosión de energía universal para pasar de las ideas a la acción comunal.
Encadenados, estos mensajes detonantes van formando un verdadero hilo conductor que, en perspectiva, se convierten en la hoja de ruta para una juventud que, en su adultez, está llamada a fortalecer la vida cristiana y perfeccionar la convivencia internacional.
¿Qué nos dice, ahora, esa larga cadena de mensajes detonantes que han formado un hilo conductor y una hoja de ruta transformadora y renovadora?
De hecho, el propio Juan Pablo II eligió para Buenos Aires, Argentina, en 1987 -el primero de sus siete encuentros-, “Nosotros hemos conocido el amor que Dios tiene y hemos creído en Él” (Jn 4:16).
Luego, en Santiago de Compostela, España, 1989, se basó en “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14:6).
Para Czestochowa, Polonia, 1991, eligió “Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos” (Rom 8:15).
En Denver, EEUU, 1993, se inclinó por “Vine para dar vida en abundancia” (Jn 10:10).
Para Manila, Filipinas, 1995, “Tal como el Padre me envió, yo os envío a vosotros” (Jn 20:21).
En París, Francia, 1997, “Maestro, ¿dónde vives? Ven y verás” (Jn 1:38-39).
Roma, Italia, 2000. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1:14).
Toronto, Canadá, 2002, “Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5:13-14).
Por su parte, Benedicto XVI, escogió para la primera de sus tres citas, en Colonia, Alemania, 2005, “Hemos venido a adorarle” (Mt 2:2).
Para Sidney, Australia, 2008, “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos” (Hch 1:8).
Y en Madrid, España, 2011, “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (Col 2:7).
Por último, Francisco ha elegido para Río de Janeiro, Brasil, 2013, “Id y haced discípulos a todos los pueblos” (Mt 28:19).
En Cracovia, Polonia, 2016, “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5:7).
Y ahora, para Ciudad de Panamá, ha optado por el primer mensaje explícitamente mariano: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1:38).
En resumen, todo un libreto, un esfuerzo deliberado para que millones de jóvenes se comprometan, tempranamente, a mejorar y robustecer el mundo en que vivimos.
Y si se nos preguntara cuál podría ser el mensaje orientador de la siguiente JMJ, no lo dudaríamos un momento para tomarlo de los propios labios de María durante las bodas de Caná: ¡“Hagan lo que Él les diga”! (Jn 2:5).