JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Marzo de 2013

“Momentos de reflexión”

 

“Oportunidad de repensar para mejorar la vida”

 

Estos días, aparte de convertirse en nuestro país en momentos de descanso y vacaciones, son sin lugar a dudas momentos especiales de reflexión, de meditación, de análisis, de volver a nuestros orígenes, y a lo más profundo que tenemos como seres humanos. Naturalmente son momentos para pensar sobre nuestro futuro y el de nuestra sociedad. Son también espacio para contribuir con los más necesitados o por lo menos sentir con ellos sus dificultades y entender que los privilegios también implican profundas responsabilidades.

La Semana Santa se constituye en un momento en el que una expresión espiritual y religiosa vive el paso de la muerte a la vida, por ello se convierte en el momento culmen de dichas convicciones, porque explica el sentido de todo lo que se profesa, defiende y promueve. 

En estos momentos, bien vale la pena reflexionar sobre preocupaciones en nuestro país. Me refiero al tema de la inequidad, la pobreza y la marginalidad. Estos hechos, convertidos en paisaje en nuestra sociedad, no pueden no ser abordados y definidos como parte de la agenda prioritaria. El hambre, la exclusión y la falta de oportunidades para una gran mayoría de compatriotas deben ser elementos centrales de la agenda social, pública y privada, porque adicionalmente se constituyen en potenciales problemas de sostenibilidad del país en el mediano y largo plazo.

En segundo lugar, vale reflexionar sobre el anhelo de lograr la paz. Nuestras generaciones y las más jóvenes no entienden por qué están condenadas a vivir en el terrorismo, a convivir con grupos armados al margen de la ley que pretenden imponerse a la fuerza, y a minorías que viven del delito del narcotráfico y del secuestro. El camino naturalmente es el de la defensa de la ley, pero también el estar dispuesto al diálogo aún con algunas concesiones, siempre en el entendido que finalmente vale más la paz para la Nación que sostenerse en una cultura de violencia y muerte. Por ello, se trata de acompañar el proceso de paz y de exigirle al mismo proceso y su manejo, el máximo de transparencia sobre lo que la sociedad deberá ceder o entregar, pero además para evaluar los movibles e inamovibles de dicho proceso, pensando en la dignidad y futuro de esta nación.

Es también un buen momento para reflexionar sobre los valores que habrán de promoverse en el país. Los valores de la familia, de la vida, de la humanidad de nuestros ancianos, de la honestidad, de la resolución de construir un país en donde no prime ni la cultura de la muerte, ni el desorden moral ni ético en las familias, ni la cultura y cáncer de la corrupción.

Por todo esto, Semana Santa es un buen momento para compartir en familia, para auto estudiarse y para animar propósitos de mejoramiento en la vida que viene personal, familiar y social.

No dejemos pasar esta oportunidad para repensar las acciones realizadas y encauzar aquellas que no van por buen camino.

jrestrep@gmail.com