JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Agosto de 2013

Rescatar lo bueno y prender alarmas

 

Los medios nos han rellenado en estos días de información estadística, algunas veces contradictoria, otras excesiva, lo que al final nos lleva a confusión sobre lo que realmente esperan los colombianos. Algunos quieren la paz, otros no, otros no a cualquier precio, otros abogan por la reelección, otras encuestas no, otros quieren la revocatoria del Alcalde de Bogotá, otros no, y así al final de cuentas es difícil llegar a conclusiones definitivas en muchos de estos temas. Queda claro que al Gobierno nacional le hace falta ejecución y cercanía con la realidad regional, y queda igualmente claro que el país está dividido en muchos temas de importancia estratégica.

En este escenario empiezan igualmente a presentarse cifras sobre economía y la seguridad nacional, y aparecen unos que hablan positivamente y otros todo lo contrario. Al final de cuentas, si uno no estudia en detalle dichas cifras, comete el error de no entenderlas apropiadamente. Por eso, no es extraño que unos acusen a otros de información tergiversada y otros a los anteriores de tergiversarla. Uno de esos temas puntuales, donde aún no hay claridad es, por ejemplo, los recursos para el desarrollo de infraestructura en Colombia. Entendimos todos en el inicio del año que dado el mejor resultado fiscal y los 40 billones en las cuentas acumuladas del fisco, no tendríamos problema alguno para dichas inversiones, sin embargo, ahora nos dicen que se necesita vender Isagen para recoger un 10% de lo que se tiene guardado. No entiende uno tanta presión en un tema políticamente difícil por tan poco dinero.

Un escenario similar se descubre de las cifras de empleo más recientes. En ellas entendimos que la tasa de informalidad ha caído, y lo propio en la tasa de desempleo, a niveles nunca antes vistos en Colombia desde hace más de 14 años. No obstante cuando uno explora las razones, encuentra que son el resultado de una disminución en la tasa de participación (es decir, en las personas que están buscando empleo o aspiran a ser empleadas), y que mientras tanto los datos de creación de empleo demuestran que su ritmo viene cayendo, al punto que en el 2009 se crearon 979 mil empleos y en el 2012 solamente 676 mil, con dramáticas caídas en los sectores de construcción, industria y agricultura.

Sin duda en este escenario debe reconocerse la tarea nacional en formalizar la tercerización en el empleo, y los esfuerzos de política social que han reducido el interés de las personas por buscar empleo, pero al mismo tiempo es indispensable prender las alarmas porque la reducción en la tasa de participación no es sostenible a mediano plazo y si ella no se logrará; con un mal ambiente en industria, agro y construcción la tasa de desempleo necesariamente crecerá.

La invitación es a que revisemos con lupa y detalle las cifras y estadísticas de encuestas y datos macroeconómicos que se presentan, para resaltar los buenos resultados y prender las alarmas que se requieran.

jrestrep@gmail.com