JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Abril de 2012

Tenaza asiática

 

Industrias nacionales de grandes, pequeños y medianos empresarios, incluidos algunos que han entrado en sociedad con capitales extranjeros, tienen preocupaciones frente al incontenible avance del contrabando proveniente de los países asiáticos, con China a la cabeza.

Sin dejar de reconocer el buen momento que ha significado la inversión extranjera y con ella las esperanzas alrededor de los tratados de libre comercio, el ingreso fraudulento de mercancías cambia cada vez sus características y se extiende por el país dentro de un marco de aparente legalidad.

Los empresarios de todas las escalas prendieron su alarma ante el desplazamiento de la producción nacional; advierten aceptación de medios comerciales en distintas ciudades, convertidos en escenarios para esa competencia desigual en mercados locales.

No desconocen esfuerzos de la DIAN y organismos estatales de investigación para contenerlo; sostienen que crece con cifras que podrían superar 3 mil millones de dólares anuales.

De manera informal, y sin comunicados de prensa, dicen que primero, protegen su seguridad personal, porque el contrabando tiene redes de presión con bandas armadas a su servicio.

Explican que La Guajira y Urabá son puertas abiertas con prácticas tradicionales, como ‘la mordida’, para pasar mercancías en puertos, aeropuertos y fronteras terrestres.

Se completa este cuadro de delito silencioso con oficinas especializadas que se infiltran en medios legales y reconocidos, utilizando el paraguas de la inversión extranjera y las sociedades estratégicas.

Dicen los empresarios que el contrabando se moviliza como si fuese un TLC con los asiáticos, del que nadie ha hablado, a excepción del discutido pero no definido con Corea. ¿Qué hay debajo?

San Andresitos y algunos almacenes de cadena son centros comerciales de China; colocaron a la zaga los productos nacionales y los elaborados por empresas colombianas en llave con extranjeros.

Esa invasión está no sólo en las ventas callejeras, sino en las vitrinas más prestigiosas de marca comercial. En muchas ocasiones hay mercancías que se adquieren por admiración y precios, si mirar el origen de la producción.

Hay preguntas para esperar qué tan limpios, claros y directos serán los TLC de Colombia acordados con varios países y próximos a entrar en vigencia, ante la interferencia refinada que ahora se abre paso en la operación del contrabando.

La tenaza asiática desapareció la producción nacional en otros países americanos. Cortó la oferta local y absorbió los comercios de Perú, Ecuador y Centroamérica; la única puerta cerrada y trancada, la encontró en Brasil, donde filtran la expedición de visas a los chinos.

Sería nocivo hacer economía con nacionalismo; sin embargo, el proteccionismo es válido, si se defiende empleo e inversión de capitales.