Juan Daniel Jaramillo Ortiz | El Nuevo Siglo
Lunes, 19 de Octubre de 2015

 

“Final de una campaña decente y amable”

 

POR LA EFICIENCIA URBANA

El elevado de Peñalosa

Enrique Peñalosa llega al final de una campaña decente y amable. Dentro de sus propuestas fundamentales se encuentra la construcción de un sistema elevado de transporte. Pardo y López se oponen porque simplemente les antoja. Pardo, al fin y al cabo, no tiene experiencia en gerencia urbana, salvo los días que sustituyó al alcalde Petro. López muestra su función de co-alcaldesa de los doce más fatídicos años que han padecido los bogotanos.

Los sistemas elevados de transporte urbano mueven hoy con eficiencia a millones de personas. Ocho operan en ciudades japonesas. También en Australia, Malasia, Rusia, EE.UU. y varios países europeos. Las tecnología de propulsión straddle-beam, como también la suspendida, hacen que las tasas de accidentalidad sean mínimas. Una sola estadística es elocuente: el metro elevado de Las Vegas  ha eliminado a partir de 2007 cerca de 3.2 millones de vehículos del sistema vial del sur de Nevada y reducido el número de emisiones de monóxido de carbono.

Es firme en este momento el hecho de que la construcción de sistemas elevados es menos costosa y más eficiente que la de subterráneos. El que opera en Kuala Lumpur, capital de Malasia, produce asombro futurista y envidia benigna para quien proviene de la Bogotá castigada por Petro. Mumbai inauguró el suyo el año pasado. Sao Paulo avanza trabajos. Tel Aviv proyecta obras.

SkyTran es una empresa que ha diseñado vagones para dos o más pasajeros suspendidos en elevación magnética pasiva que alcanzarán el equivalente a 200-250 millas por galón. Ha sido probado ya y su inauguración tendrá lugar en Tel Aviv antes de diciembre. Esta misma empresa -contratista de la NASA- desarrolla proyectos en Francia, Alemania, Indonesia, Pakistán, Arabia Saudita, Eslovenia, Reino Unido y EE.UU.

Mientras que las líneas subterráneas de ciudades como Singapur vienen costando US$ 600 millones/km, Hong Kong 586 millones/km o Budapest, 358 millones, SkyTran está construyendo elevados a razón de US$ 14 millones/km.

Y mientras tanto, en Bogotá, ciudad piedemonte de cordillera, con terreno inestable, cuyos niveles freáticos son exageradamente altos, los candidatos Pardo y López, ignorantes togados en urbanismo e historia, siguen proponiendo un metro subterráneo que es un imposible en ingeniería.

La Sabana fue un gran lago hasta hace sólo 2.500 años. Por esta razón las cimentaciones son inmensamente costosas -la queja recurrente que escuchamos quienes crecimos al lado de ingenieros y arquitectos- y su construcción puede representar el 80 por ciento en costo de una obra.

Las investigaciones sobre este gran lago, que iba desde Soacha hasta Chiquinquirá, fueron iniciadas hace 60 años por el geólogo holandés Thomas van der Hammen. Muestran que las arcillas expansivas, provocadoras de cambios en el volumen subterráneo del suelo, función directa de la humedad -relación que es inobjetable en la gran Bogotá- impiden el acometimiento de un metro subterráneo. La ingeniería geotécnica se ha visto en problemas para cimentar edificios.

¿Tanto es el odio y populismo pardista y lopista que llevan a no aceptar realidades geológicas y físicas? Una obra que incluye excavación subterránea, en la intersección de la avenida novena y calle 94, tiene infartados los barrios El Chicó, Santa Ana y Santa Bárbara Alta. La construcción de un metro subterráneo haría invivible -colapso infernal- la capital colombiana. Los derrumbes y asentamientos serían la herencia costosa que se traspasa a futuras generaciones.

El sistema elevado funciona parcialmente en el gran Miami, desde el sur del condado Dade hasta West Palm Beach. Bien lo conocen miles de bogotanos que se han servido de su rapidez y eficiencia.

Esta posibilidad realista es la encarnada por Enrique Peñalosa a quien ahora un mandadero del Polo Democrático, en el Consejo Nacional Electoral, pretende anular su inscripción. ¡Estemos muy alertas!