JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Octubre de 2011

Defendamos al Partido

 

EN  medio de todas las denuncias que se han presentado en los últimos días sobre la usurpación de tierras en el territorio nacional, surge la mayor oportunidad en la historia reciente para el Partido Conservador: Denunciar la pérdida de Bogotá como territorio de cara a las próximas elecciones. Y aunque podrían mencionarse varios nombres que tienen responsabilidad directa sobre este fenómeno, al final creo que sería mejor decir que fueron desconocidos para evitar que simplemente se queden sin directivas, o pierdan esa valiosísima silla en la Presidencia de nuestro legislativo.
Sin embargo, es la mejor opción que tienen para lavarse las manos. Que no fue el Partido el que hace cuatro años sólo propuso el Transmilenio a 500 pesos, que fue un infiltrado que sólo buscaba menoscabar la importancia del partido azul con el fin de desmontar los votos que tan arduamente defienden con argumentos a lo largo y ancho de este país. Que al final han sido los grandes oradores, esos mismos que hoy son tan bien representados en el doctor Corzo, los que mantienen la colectividad aunque en un territorio menos documentado como es la capital de la República alguien logró convencer a esos inertes votantes.
O incluso podrían decir que en los amplios y fundamentales debates que ha dado el Partido en el Congreso con esa amplísima fuerza que han querido aminorar mediante desvergüenzas inventadas, que siempre han estado en sintonía con la ciudadanía que ha visto en ellos un apoyo incondicional.
Es el glorioso Partido Conservador el que se ha dado los más grandes trabajos conquistando los votos de opinión que hoy caracterizan a sus votantes, no esas maquinarias que representan a partidos pequeños y sin futuro.
Por eso propongo una campaña para que también el Partido sea considerado como víctima que merece una devolución de tierras. El Partido merece en medio de sus numerosos escenarios de apoyo popular que ese montón de partiditos de garaje le devuelvan los votos que siempre han sido suyos, porque ha puesto presidentes y ha quedado en la historia. El Partido se lo merece porque sí, porque es el Partido. Y cómo víctimas de repente podrían proponerse cosas casi tan serias como la inmunidad parlamentaria o la resurrección de los bonos de gasolina, porque si hay algo que debe quedar definido hoy para los bogotanos, es que el Partido tiene claro que es su base popular la que lo mantiene fuerte en el país… ¿o no?

 


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