JUAN FELIPE REYES | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Febrero de 2013

Colombia y el espacio exterior

 

Doce países ecuatoriales firmaron en Bogotá el 3 de diciembre de 1976 la “Declaración de Bogotá” por medio de la cual reclaman derechos de soberanía  sobre el espacio exterior (incluida la órbita geoestacionaria que forma un circulo alrededor de la Tierra por la línea ecuatorial).

Fundamentaron la decisión en la ausencia de delimitación entre el espacio aéreo y el espacio exterior, por lo tanto se declaró que no existen límites superiores en el espacio exterior  respecto de cada uno de los países declarantes.

Hecho considerado por la comunidad internacional como “nada más que una mera protesta de dichos países en contra de  los procedimientos y principios relativos a la utilización de la órbita geoestacionaria”. En otras palabras no es reconocida por la comunidad internacional.

En línea con la declaración (desalineado con las normas internacionales) la Constituciónde 1991 (artículo 101) declaró como parte del territorio “el segmento de la órbita geoestacionaria, elespectro electromagnético y el espacio donde actúa…”.

La realidad es que el uso y exploración del espacio exterior es libre para cualquier país del mundo. No es posible apropiárselo. Hacerlo contraviene los principios establecidos en el  “tratado sobre el espacio exterior - 1967” (principal instrumento internacional en materia de derecho espacial).

Los países y organizaciones que hoy usan y exploran el espacio exterior son los que tienen los recursos y la capacidad técnica para hacerlo.

La órbita geoestacionaria es la más usada por obvias razones. Los satélites colocados allí permanecen estáticos en relación con un punto fijo  orbitando a la misma velocidad de la Tierra. Por esa razón transformó los sectores de comunicaciones, meteorología y recientemente la navegación aérea. En el 2001 la ONU reconoció las cualidades especiales de esta órbita y ratificó que es parte del espacio exterior.

Colombia tiene que alinearse con las normas que permiten el desarrollo espacial. Debe ser parte (al menos) de la  Convención Sobre el Espacio Exterior. No puede quedar al margen. Hoy no somos parte de ningún instrumento internacional en esa materia. Pero lo más importante: ¿lo que nos interesa es ser “dueños” de un espacio que no usamos? y lo peor ¿no susceptible de apropiación?

De otra parte cuando queramos usarlo (por lo menos la órbita geoestacionaria) ya no habrá espacio porque su capacidad es limitada.

El desarrollo espacial no consiste en inaugurar observatorios. Hay unos servicios que podríamos estar ofreciendo al mundo. ¡Aprovechemos nuestra posición privilegiada!