La Constitución colombiana instituyó la justicia para todos. No es perfecta, pero actúa con legalidad, como debe marchar este país. Una justicia que actúe para los de ruana o de corbata, que violen las leyes. Para humildes o arrogantes, para los de arriba o los de abajo, para derechistas o izquierdistas. Esa es la justicia. La ley es dura, pero es la ley.
Esta vez tocó al expresidente Uribe, el hombre que parecía inmarcesible. El que quiso violar la Constitución para perpetuarse en el poder, con un “articulito”. Ese que se considera gran elector de presidentes.
La justicia es ciega pero no se dejó amedrentar. Un puñado de honestos magistrados fue hasta el fondo de una de las actuaciones del prohombre, y encontró la de testigos falsos, que obligó a estos cinco justicieros, a aplicarle medida de aseguramiento. Sus seguidores montaron en cólera contra la Corte, las leyes y los millones de colombianos respetuosos de las normas y la Constitución. Consideraban que las leyes no cobijaban a su “transparente” caudillo.
Pretendieron timar a la Corte. Primero con una investigación internacional, llena de acusaciones anónimas, de víctimas de abusos sexuales. Luego, la “mano firme y corazón grande”, expidió una proclama en defensa de su jefe, dada la gran “dimensión histórica”. Increíble: el pronunciamiento fue firmado por ministros del gobierno Duque, que tal vez desconocen que en Colombia hay tres poderes autónomos e independientes.
La Corte acogió la ley y expidió el veredicto, que enfureció a los seguidores del expresidente, quienes de inmediato amenazaron con convocar una Asamblea Constituyente para reformar la justicia. Quieren dejar una sola Corte-sastre a la medida del exmandatario.
Así las cosas, Colombia podría entrar en un túnel sin final, para satisfacer al CD, cuyo jefe cuenta con todas las garantías y recursos para defenderse. Hasta goza de una segunda instancia, con la ley “Uribito”. Nuestra Constitución garantiza una Justicia con Legalidad.
Entre tanto, el Presidente Duque interviene sin tener en cuenta que él es guardián de uno de los tres poderes independientes que gobiernan a Colombia. Su función primordial, está en la Casa de Nari, buscando soluciones rápidas para la sacar al país de la crisis a la que nos condujo el covid-19. Necesitamos fortalecer la economía y crear abundante empleo.
BLANCO: Me adelanto a las bodegas que tanto me amenazan e insultan: lo sucedido con el expresidente refuerza la democracia colombiana. ¡La ley es para todos!
NEGRO: Según Fedegán, Colombia es un país de cafres, por atreverse a tocar a Uribe.