La pandemia ha tenido impactos negativos en la mayoría de los sectores de la economía. Sin embargo, esos impactos no han sido iguales; en las actuales circunstancias, el sector cultural y creativo ha sentido con mayor intensidad la crisis derivada de los cierres que ya completan más de un año. Las artes escénicas, los museos, los teatros y los festivales culturales han tenido su peor año, lo cual ha llevado a la desaparición de miles de empresas y establecimientos dedicados a las artes, la cultura y la creación.
Solamente en Cali, cerca de 34.000 empleos asociados a las actividades artísticas y de entretenimiento se perdieron en el año 2020; es decir, hubo una caída del -21.3% en la ocupación en esta rama de actividad económica, lo que habla con contundencia de la crisis profunda que vive el sector. En una ciudad con una oferta cultural, artística y creativa tan amplia como Bogotá, la Secretaría de Cultura estima que, en el año 2020, el ecosistema creativo de la capital de la República tuvo pérdidas estimadas en 354.000 millones de pesos, generando una afectación en toda la cadena de valor.
En el caso de los teatros, la Ley de Espectáculos Públicos, que en su momento ha sido una excelente herramienta para impulsar a las artes escénicas en el país, se ha convertido en un dolor de cabeza para el sector porque la condición para recibir los recursos de apoyo es que los teatros tengan un contrato de arrendamiento no menor a 10 años. El problema radica en que, con los teatros cerrados y sin ingresos, los beneficiarios de la medida están obligados a continuar pagando sus arriendos.
Por esta razón, resulta fundamental que el Gobierno Nacional y los gobiernos departamentales y locales exploren alternativas para aliviar la carga de las empresas y emprendimientos culturales y creativos, como lo hizo Bogotá con las exenciones del Impuesto Predial Unificado, pero explorando otros descuentos como la sobretasa bomberil o alivios vía servicios públicos. Aunque estas medidas no solucionan el problema en su integralidad, sí facilitan que las empresas del sector puedan cubrir sus costos fijos mientras llega la esperada reapertura.
De igual forma, resulta trascendental que desde el Ministerio de Cultura se ejecuten los recursos destinados a la reactivación del sector cultural, como los del Programa Nacional de Concertación y el Programa Nacional de Estímulos y que se implemente de forma efectiva la ley ReactivARTE, que contempla la creación del Fondo para la Promoción del Patrimonio, la Cultura, las Artes y la Creatividad. Adicionalmente, a través de los recursos proporcionados por el Sistema Nacional de Regalías, es posible financiar proyectos que contribuyan a la supervivencia del sector.
La cultura y la creación artística transmiten el ADN de lo que somos como sociedad y es en estos momentos de crisis donde debemos desplegar las acciones necesarias para respaldar las expresiones culturales y creativas que mantienen viva nuestra esencia.