Un nuevo problema se presenta en los centros urbanos colombianos que no preocupaba las administraciones de otras épocas: la contaminación ambiental del aire. La calidad del aire se deteriora y los habitantes deben convivir en un ambiente deteriorado, perjudicial para la salud, el cual se agrava con la presencia de ciertos factores climáticos y atmosféricos. Lo que nos quedamos sin saber a ciencia cierta es si el fenómeno de la contaminación del aire es nuevo o si lo nuevo son las mediciones que se vienen instalando hace apenas unos pocos años.
El índice de calidad del aire es una cifra que proporcionan las autoridades ambientales y que refleja las cantidades de contaminantes presentes en el aire de nuestras ciudades. Las estaciones de monitoreo de calidad del aire, con apoyo tecnológico, utilizan sensores láser de partículas para medir en tiempo real la contaminación de PM2.5, que es uno de los contaminantes del aire más perjudiciales.
Bogotá y Medellín vuelven a presentar alerta y las autoridades se ven obligadas a tomar una serie de medidas, bastante impopulares algunas de ellas, tendientes al parecer a reducir las emisiones de material particulado al aire.
Los choques entre autoridades no se hicieron esperar. En Antioquia se enfrentan el Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el Alcalde de Girardota. Por un lado, el Director del Área, anunció desde el sábado, un pico y placa ambiental de 24 horas para los vehículos que transiten en Medellín y en los demás municipios que la conforman. Por otro lado, el Alcalde de Girardota manifestó que no acatará la medida, por lo que no habrá pico y placa en su municipio. Sostiene el Alcalde que las fuentes móviles como automóviles, solo inciden en un seis por ciento en la contaminación y que el real problema son las fuentes quietas, más de 88 fábricas en su municipio, muchas en área rural y que la autoridad ambiental no hace nada por controlarlas. Advirtió que el llamado pico y placa ambiental, el que más incomoda a la ciudadanía que no puede circular en nuestras ciudades, con pésimos sistemas de transporte público, es un mero paliativo que en muy poco contribuye a mejorar la calidad del aire. Y efectivamente dicho Valle lleva varias semanas en pico y placa ambiental, y la situación sigue igual. Los vehículos de carga contaminan mucho más y las fuentes fijas, la actividad empresarial con sus factorías, es gran responsable en los resultados adversos de contaminación ambiental. Incluso los incendios forestales contaminan más que los mismos vehículos automotores.
En la capital se anda con el mismo problema ambiental. Se escuchan cifras diferentes; se dice que el 82% de los contaminantes provienen de fuentes móviles, además, que el deterioro en la calidad del aire está relacionado con los más de 2.000 incendios que hay en el país en este momento. En el último año, la capital ha estado en cinco ocasiones en situación crítica ambiental.
Todo indica que vamos mal, las medidas que se toman en el corto plazo, más que ser eficientes, lo que hacen es dar espera a que cambien las circunstancias atmosféricas y los vientos se lleven las partículas nocivas. En el largo plazo no se ven políticas serias tendientes a trasladar los contaminantes fijos que se tienen por falta de planeación pasada. Nuestras ciudades se convierten en zonas inhóspitas, poco atractivas para para los visitantes y sus habitantes deben conformarse con una circulación limitada. Distan mucho de ser las ciudades atractivas e ideales que pretenden ser.