La mentira está en auge | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Febrero de 2017

Nunca como antes la mentira había contado con tantas maneras de difundirse. Basta con inventar una “afirmación” de cualquier orden y echarla a andar por cuanto medio de comunicación hay hoy en día. Se dejan rodar frases cortas, medias verdades, decires apocalípticos sobre cualquier tema, emociones sin control y todo va cogiendo como una apariencia de verdad revelada, aunque casi todo sea falso o esté sin comprobar. Y esto pasa en casi todos los campos de la vida actual. De hecho, los que realmente trabajan sobre la verdad en la ciencia, la religión, la economía, la política, la medicina y otros campos, no salen de su asombro al ver cómo se difunde información falsa y generalmente perjudicial sin que parezca existir ningún filtro preventivo. La verdad en sí misma sigue incólume, pero muchas personas pueden ser perjudicadas en diversos aspectos por este auge de la mentira.

Habría dos caminos para hacerle frente a este espíritu mentiroso que lo está tocando todo. Uno es el del espíritu crítico personal ante todo lo que se dice y pregona a veces con tanta vehemencia y pasión. Y esto porque los heraldos de la mentira presentada como verdad tienen unos aires de fanatismo y pasión que ya de por sí despiertan sospechas. De hecho, la mentira necesita muchos servidores para que pueda sostenerse o cae ella sola. El otro camino es el que pueden jugar las instituciones sociales para ayudar al ciudadano de a pie a reconocer lo que es verdadero y lo que no lo es. Con pesar hay que decir que a veces estás instituciones están demasiado ligadas a intereses muy mezquinos y no le trabajan como debieran a la verdad. Pero las hay que sí lo hacen y contribuyen mucho a que las personas puedan tomar decisiones correctas en diversos campos de sus vidas.

Sin embargo, la lucha por la verdad no es fácil ni corta. Puede costar la vida o el puesto o el futuro desarrollo profesional. Pero quien no de esta pelea también puede terminar involucrado en unas cadenas largas de mentiras que, a la larga, vacían la vida de todo sentido. Y lo que es mentira se caerá tarde o temprano, sin duda. ¿Cómo, pues, se puede entusiasmar más a la gente con la verdad y desencantarla de la mentira? Quizás educándola bien, haciéndola apreciar al máximo la libertad, activando su condición espiritual. Desde luego, un poco de reposo y sosiego también pueden ayudar a que las personas se hagan preguntas sobre las cosas importantes de la vida y encuentren algo más allá de las mentiras que tratan de ahogarnos. Ya está dicho y no ha perdido nada de validez: “La verdad los hará libres”.