A menos de treinta días de la primera vuelta de las elecciones a la presidencia de la República, la emoción y percepción de los riesgos, desafíos y esperanzas que despiertan los candidatos parecen decantar, solo hasta ahora, en el análisis y la lectura puntual a los programas de gobierno propuestos, bien para reafirmar el voto ya decidido o bien para tomar una determinación.

Se sacan entonces a relucir los calificativos a los programas de cada candidato y aunque no los rige exactamente el voto programático parecen sellar la caracterización de cada uno. No obstante, más allá de lo minucioso de la agenda, la decisión sobre los mismos la tajan el carisma, los principios, quienes lo rodean y las formas, experiencia y autoridad -no autoritarismo- a la hora de gobernar y como siempre se dice unos tres temas que calan para bien o para mal en la opinión.

Finalmente se trata de una medición anticipada del futuro del país en manos en la decisión del voto individual. Si se quieren mirar con lente las propuestas programáticas bastaría con revisar el reciente informe El corto y sinuoso camino hacia 2030: medición de la distancia hacia las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que recoge los puntos fuertes y débiles en el capítulo del país.

El informe sirve de filtro para entender que Colombia tiene como gran reto mejorar los bajos resultados educativos y el desafío por realizar un mayor esfuerzo en la protección de sus ecosistemas y su biodiversidad como en la necesidad de cambiar de manera radical los índices de seguridad, anticorrupción y justicia. No en vano son estos los puntos por prioridad que indican los colombianos en las encuestas.

En cuanto a los logros sostenibles se reconoce a Colombia como una de las economías de mayor crecimiento con una buena cobertura en servicios básicos. incluyendo la salud y la capacidad para generar electricidad con fuentes de energía renovables. El desvelo estará en elevar la calidad de los servicios y en la capacidad para no frenar el dinamismo económico que se refleje en los indicadores sociales, donde se destacan los esfuerzos en superación de la pobreza y la necesidad del cierre de brechas y políticas focales para jóvenes y mujeres.

Cabe apuntar que se destaca de Colombia, frente a muchos países de la OCDE, con una tasa baja en factores de riesgo para la salud, es decir, en la tasa de mortalidad atribuida a enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas. El consumo de tabaco es un tercio de la media de la OCDE y el consumo de alcohol per cápita es uno de los más bajos: cuatro litros de alcohol puro por adulto en 2019, según las cifras disponibles, dato que sorprende.

De todas maneras, a estas alturas de la contienda sería bueno que cada cual pudiera, por encima de los personalismos, tener claras las principales razones y planteamientos de cada candidato, tanto de la preferencia como de sus contrarios y ser capaces de mencionar sus tres principales propuestas como si fuera su marca, sin dejar de lado su capacidad y talante.   

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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