Cuando uno analiza los últimos acontecimientos vividos en el país se encuentra sorprendido de observar cómo se han deteriorado los valores éticos y hasta qué niveles ha llegado la corrupción en nuestra sociedad, especialmente en temas relacionados con la administración pública. Los escándalos que estamos viviendo nos tapan y no nos dejan ver el trabajo que en materia de desarrollo de nuestra infraestructura se ha hecho en este Gobierno. Hace pocos años era prácticamente imposible recorrer las distintas regiones de Colombia porque las carreteras que había eran verdales. Últimamente, he tenido la oportunidad de recorrer algunas y, si bien todavía hay espacio para mejorar, el desarrollo alcanzado hasta el momento me hace sentir orgulloso de mi país.
Igualmente, si hacemos un recorrido por los aeropuertos colombianos, encontraremos que la gran mayoría han sido modernizados y han adquirido importancia a nivel internacional. Lo mismo pasa con los puertos que cada vez son más los construidos, incluso con participación privada, en las distintas regiones del país. Encontramos por ejemplo Puerto Brisa, un puerto Mutiservicios, de iniciativa privada, entre Santa Marta y Riohacha, al que pueden llegar barcos de 180,000 toneladas y donde se encuentra una zona portuaria de gran tamaño que facilita el manejo de la carga y una zona franca que permite instalar industrias para nuestro desarrollo, con toda clase de servicios y que, aunque la red eléctrica y de gas pasan por el lado de sus instalaciones, cuenta con plantas que le dan autonomía eléctrica para mover todos sus equipos las veinticuatro horas del día. Cuando la visité, un barco de 120.000 tonelada se encontraba cargando carbón, a través de una banda encriptada que iba desde los patios hasta el barco (cerca de tres kilómetros), sin regueros o muestras de carbón, algo que hace este puerto ejemplar en el manejo del medio ambiente.
Estos son solo ejemplos de los grandes avances en materia de infraestructura, que coordinaba el vicepresidente saliente, doctor Germán Vargas Lleras, quien demostró que cuando hay decisión y coordinación de gobierno las cosas se pueden lograr.
Toda esta relación me trae a que no podemos ser mezquinos y esconder estos logros que nos están impulsando competitivamente al comercio internacional y nos han permitido mejorar adecuadamente las políticas de turismo o de interconexión de las regiones colombianas. Siempre habrá campo para mejorar y desarrollar, como es el caso del tren que tanto nos hace falta para el transporte de carga y de pasajeros en un país tan complejo desde el punto de vista geográfico y que, aunque hace cincuenta años conectaba el país por las vías férreas, hoy ya no.
Todo esto no justifica los actos de corrupción pero sería injusto no reconocerlo. El país, por otro lado, no puede dejar pasar como una noticia más todos los actos irregulares y de corrupción que se han venido dando y espera que haya justicia pronta que permita que todos los corruptos reciban el castigo judicial y no queden impunes. Los colombianos también queremos que en el establecimiento de la verdad se llegue hasta las últimas consecuencias y no sigamos viendo que en oportunidades algunos acusadores son también responsables de muchas de las irregularidades que se han venido presentando.