Entender en el mundo la política actual es difícil, la violencia impera, la guerra de Israel contra Hezbollah en el Líbano, sus ataques en la zona de Gaza en Palestina en respuesta a los terroristas de Hamas, el conflicto de Rusia Ucrania después de más de dos años de la ¨operación militar especial¨ y las tensiones entre diversos Estados no son comprensibles de cerca ni de lejos. La Paz se evapora a lo largo y ancho del planeta en los cinco continentes.
En cuanto a la política nacional los colombianos tampoco comprendemos la posición de los partidos, ni la subsistencia del Pacto Histórico, soporte de un gobierno fracasado que aún habla de cambio. Nos afecta la corrupción rampante, el trepidar subversivo en medio de diálogos de paz en detrimento de la autoridad.
El Estado se encuentra roto, basta con escuchar los discursos del jefe de gobierno. Los que mandan perdieron la vergüenza y los ciudadanos el respeto. Las dificultades se agravan con proyectos de reforma cuya discusión se prolonga y de ser aprobados incrementarán la crisis.
En el país hay ciudadanos capacitados conocedores de la administración pública alejados de la política porque la consideran actividad poco atractiva, a ellos debemos recurrir, buscando la unidad en las venideras elecciones y dentro del Congreso, nos enorgullecemos con compatriotas que vienen desarrollando oposición constructiva.
La Nación no puede continuar como ahora, urge el gran movimiento ciudadano que consagre con el voto popular al próximo presidente de la República para el período 2026-2030. No basta el estrés para que las cosas mejoren, ni quedarse de lado, corresponde fijar posiciones y seleccionar a nuevos dirigentes, desde luego reconociendo que algunos jefes, a pesar de la decadencia de las colectividades históricas, cumplen todavía bien su papel. En el pasado reside la base del futuro, este no desaparece, mucho podría argumentarse al respecto, lógico que encontramos equivocaciones y errores en gestiones de hace poco o mucho tiempo, pero achacar los problemas de manera indiscriminada a colombianos que son acreedores del reconocimiento comunitario indica recalcitrante expresión de egoísmo.
Anhelamos enaltecer la política, el presidente Petro no puede pretender reelección con discursos populistas y manifestaciones prefabricadas.El mandatario habla de un golpe blando, duro el que propina a diario por todas partes de manera caótica. Sin lucha de clases, pensando en Colombia, seguimos adelante.
Coda: La posibilidad de un apagón energético es real, los mensajes al gobierno de diferentes gremios así lo indican, el cambio climático afecta, el tema lo menciona con frecuencia el presidente, es hora de enfrentar este problema con sentido común. Seguir en el coro de las lamentaciones acerca de situaciones delicadas que requieren de esfuerzo colectivo y dirección acertada no sirve, mucha mención sobre el medio ambiente, la Amazonía, el gas, el petróleo, el carbón, en reuniones internacionales, pero nada en concreto para afrontar la crisis energética en el país y Ecopetrol cada vez peor.