Lo que no habían logrado con el Acuerdo de Paz, lo implantaron el miércoles en la madrugada. Era un polémico “gorila”, disfrazado de “articulito” para salvar un mal gobierno e impedir la derrota del Centro Democrático, que aspira a mantenerse en el poder, a como dé lugar. Lo habían planteado cuando empezó la pandemia, cuando propusieron prolongar el mandato de Duque, cosa que no cuajó.
46 senadores enmermelados votaron en la madrugada del miércoles suspender la Ley de Garantías para manipular las próximas elecciones y asegurar la reelección de los parlamentarios. Abrieron la puerta a la politiquería y a la compra de votos.
Esa maniobra duramente criticada por Duque, cuando era opositor, cambió diametralmente. Ahora, para él, es un “articulito”, para la recuperación económica, que según él ya está superada. Día a día nos sorprende con las incalculables sumas de dinero que traerán inversionistas extranjeros, con los que habla durante sus giras internacionales.
Así que para las elecciones lo hay es plata, pero plata, plata, mucha más que la apareció con la ñeñepolitica y Cayita. Adicionalmente, alcaldes, gobernadores y demás funcionarios, le aplicaron freno al gasto público, esperando la proximidad de los comicios. Las arcas están listas para utilizar la eliminación de la Ley de Garantías.
Los 46 senadores y los representantes dormirán tranquilos, a no ser que la gente recuerde sus nombres cuando estén frente a las urnas. Claro que son expertos en tamales, aguardiente, cerveza, mercados, tejas, y desde luego los billetes que mueven a nuestra pobreza.
Los otros 22, los que actúan con honestidad, deberán salir a las plazas públicas, con sus tesis, propuestas y programas para beneficiar a sus electores y en general a los compatriotas que se debate entre la miseria, las enfermedades, los desplazamientos y las penurias.
Parece que ya no hay nada que pueda cambiar las cosas. Que la Ley de Garantías nunca revivirá y que los gobiernos de turno, no admitirán justicia social, ni libertad, ni pulcritud electoral.
Quienes asaltan los dineros públicos, aprovechando la desaparición de la Ley de Garantías, tendrán los votos, el gobierno y el congreso.
Se esperaba que por lo menos, durante el debate del más grande presupuesto que haya tenido Colombia -de 4350.4 billones- se introdujera un control al gasto, pero nada de eso ocurrió. El gobierno, el presidente Duque y su Centro Democrático, quedaron con manos libres, aviesas y lisas para actuar. Se ha violado la Constitución eliminando la ley de garantías, a lo que se suman Contraloría, Fiscalía, Procuraduría, Defensoría, Registraduría y Congreso dóciles, sumisos y ahítos de prebendas y mermeladas.
La politiquería se impuso y la compra de elecciones recibieron patente de corso. Ya no hay nada que hacer. Triunfó la corrupción.
BLANCO: Felicitaciones a Caracol y a Juan Roberto Vargas por el Premio Ondas por su excelente trabajo en Haití.
NEGRO: La intempestiva salida del país de la exministra Abudinen. ¿Pasaje sin retorno?