Nada más aberrante que la intención del gobierno en la reforma a la justicia, cuando propone suprimir el artículo 237 del código penal que castiga el incesto. La constitución natural y la cultura moral históricamente no permite las relaciones sexuales de padres con hijos, ni hermanos, ni tíos con sobrinas ni abuelos. Imaginémonos a algunos abuelos corrompidos, que los hay, seduciendo a sus pequeñas nietas o una abuela acostándose con el nieto, en fin, eso no se concibe sino en mentes perversas, espíritus dañados y degenerados que quizás lo hayan practicado y ahora quieren abrirlo a la sociedad como practica admitida que termina por ser promocionada. Como van las cosas con este gobierno rey de los antivalores, solo falta que lo impongan en cartillas para los colegios e impartan cátedra a los niños como lo que ya están haciendo con la ideología de género.
Se hace necesario que el legislativo se pronuncie y frene esas aberraciones que imperan en este gobierno, no es explicable que partidos como el Conservador o el Liberal se presten a esa infamia, al igual que otros partidos de la coalición de gobierno, cuando históricamente los tradicionales han sido los adalides defensores de la moral ciudadana y los valores integrales de vida. Que las iglesias católica, cristianas evangélicas y de otras confesiones no se hayan pronunciado y que no se unan moviendo a sus fieles para impedir ese absurdo.
No quiero pasar por fundamentalista ni retrogrado, pero si es indignante esta propuesta anunciada por el ministro de Justicia, pues si bien es cierto que las cárceles en Colombia están abarrotadas y se pretenda aliviar el peso carcelario, no es entendible que entre los delitos que piensan excarcelarlos se encuentre el incesto, una deplorable y degenerada practica que azota la sagrada moral familiar. Esto sería volver a la época milenaria de las cavernas, en que el macho de la horda poseía a todas las hembras de la manada sin importar que fuera su madre, hermana o hija.
Es hora de decir ¡basta ya!, que no se siga jugando y desbaratando la integridad familiar que es el principal valor de una sociedad. La relación incestuosa está comprobada que arrojan traumas psicológicos negativos, así como alteraciones genéticas con graves consecuencias físicas debidamente comprobadas, cuando nacen hijos concebidos por incesto. El papel paterno y materno está definido y no se puede alterar abriendo las posibilidades de relaciones sexuales entre padres e hijos o hermanos, esto también se presta para abusos donde el sentido de autoridad paternal se impone para lograr placer.
Esta medida no es un avance en el comportamiento social, es una amenaza al clima y estabilidad familiar, no se puede permitir en nuestro país, así sea que Rusia, China o Japón no lo penalicen, otros países como Australia, Estados Unidos, Uruguay y muchos mas no lo aceptan penalizando esa práctica, para así preservar la integridad natural familiar. La legalización y promoción del incesto es una aberración.