Llega Trump | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Enero de 2017

Mañana asume Donald Trump como Presidente de Estados Unidos, un magnate visionario, emprendedor, contestatario, irreverente, antipático para muchos, pero al fin de cuentas, un ganador convencido del éxito.

El nuevo orden global arranca este viernes con marcada inclinación de Washington por el proteccionismo.

La defensa de principios ciudadanos consagrados en la constitución estadounidense. Primero Estados Unidos, luego lo demás.

Primera manifestación política del carismático empresario no tendrá reversa. Recobrar la identidad de valores democráticos esenciales para prosperar y estimular la iniciativa de norteamericanos.

Nadie ganará nada a cambio de nada. Nadie obtendrá ventajas comparativas sin ceder mucho más. Ningún extranjero sacará provecho a ultranza.

Con un lenguaje más moderado y un  talante aterrizado, Trump abre puertas a partidarios y opositores para que ingresen a su colectivo en el poder. Quiere una nación unida, pero fundamentada en la recuperación plena de Estados Unidos para sus ciudadanos.

China, Moscú, Medio Oriente, México, Cuca, Venezuela y la OTAN, serán piedras angulares del manejo de las relaciones internacionales de la Casa Blanca.

Sin embargo, Trump quiere empezar en casa. Crear un clima de confianza entre ciudadanos, principalmente los suyos. La comunidad extranjera, más de 58 millones de personas, principalmente hispanos, no es su prelación a no ser porque ahora será más complicado ir y quedarse en el sueño americano.

La tesis del Presidente Trump: que los americanos recobren el terreno perdido, facilitarle las cosas a factorías gringas en el mundo para que regresen a su país, repatriar empleos y reanimar inversiones internas.

Asumirá de entrada sus tres principales propuestas para ser digno de crédito y generar confianza en las calles y los hogares: rebajar impuestos, mejorar ingresos a la clase obrera y crear puestos de trabajo.

Tampoco faltará a su palabra de una nación en orden, con ley y seguridad. Anunciará acciones oportunas e inmediatas contra el terrorismo internacional y reforzará la policía y las fuerzas del orden.

Pondrá barreras a empresas que despiden trabajadores legales y bien pagos a cambio de migrantes ilegales, baratos e indocumentados.

Convocará reuniones urgentes para intentar armonizar relaciones con Moscú, revisará la situación con China, mirará la efectividad de sus tropas en territorios en guerra, replanteará el pentágono, tomará medidas frente a la Otan, hará revisiones a tratados de comercio y no renunciará a limitar el ingreso de hispanos, especialmente desde México, al tiempo que hará salir de su país a quien no esté al día con papeles.

Las relaciones políticas y comerciales con América Latina, pasarán en gran medida por lo que haga con Venezuela. No será complaciente con el régimen de Maduro, será duro con Cuba y fuerte con México.

Colombia no registra aún en el radar de las relaciones internacionales de Washington. Ni una palabra mencionó en campaña, nada dirá de entrada. Será Bogotá la llamada a pronunciarse.

Aunque el mundo luce dividido frente al Presidente Trump, nos tendremos que ir acostumbrando a que llegó un líder empresario a imponer nuevo orden en casa y fuera de ella.