LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Abril de 2012

Siete maravillas boyacenses

“Me gusta mi Boyacá, mi Boyacá tan bonita,/porque aquí puedo "jondiar" al surco la semillita/o correr en bicicleta pa'ser un gran campeón,/por eso a mi Boyacá, la cargo en el corazón”.

Rafael H. Lizarazo

SE me cruzan los sentimientos cuando escucho hablar de las megaobras para mi tierra boyacense. Por un lado quisiera que nuestro departamento se conservara tal cual, únicamente con mejoramiento en vías y servicios públicos en cada población, pero también soy consciente de que si no avanzamos en infraestructura, en tecnología, en producción y conservación de alimentos para exportación, dentro de un desarrollo sostenible, no vamos a progresar.

En eso le damos un pleno y rotundo respaldo a nuestro gobernador, Juan Carlos Granados, en su tarea por buscar que el Gobierno central nos dé las partidas necesarias para adelantar las obras viales y desarrollar las siete maravillas como las ha denominado nuestro primer mandatario departamental.

Ellas son: el desarrollo turístico del Pie de Monte Llanero, en las provincias de Oriente, Neira, La Libertad y Lengupá, gracias a su clima cálido; el Occidente, con sus míticas esmeraldas, con el cerro de Fura y Tena; la majestuosa Villa de Leyva, uniendo el turismo de balneario con el turismo arquitectónico y antropológico; la ciudad de Tunja, histórica, cultural y religiosa, planteando el Centro internacional de Boyacá, la Ciudad de Paipa que sería “un Paipa de negocios”; el Nevado del Cocuy, donde se está planteando, el Mirador del Vértigo, en uno de los cerros míticos más importantes de país y La Laguna de Tota con infraestructura vial y modernos servicios turísticos.

Obviamente la octava maravilla es el paraíso escondido de Boyacá, Togui con sus hermosas cascadas, piscinas naturales y caminos ecológicos.

Evoco los escritos de Eduardo Caballero Calderón, Carlos Eduardo Vargas Rubiano, Eduardo Torres Quintero, Eduardo Mendoza Várela, José Mar, José Umaña Bernal, Armando Solano, Próspero Morales Pradilla, entre muchos otros, celosos vigilantes de la heredad, que querían preservar a Boyacá de la avasalladora civilización.

Pero soy realista y tenemos que emprender el Gran Plan de Desarrollo de Boyacá, con los ejes temáticos más importantes que son: turismo, minería y agricultura e impulsar la exportación de nuestras maravillosas artesanías.

Nuestra vocación en Boyacá definitivamente es la producción de alimentos, necesitamos que nos tecnifiquen, homogenicemos la producción, nos den vías de acceso a los puertos y aeropuertos y a mandar papita y mucha panela al exterior.

lorenarubianof@gmail.com