Empezó la resurrección de la reforma agraria que le frustraron al expresidente Carlos Lleras Restrepo y que entregó un millón de hectáreas. Para qué recordar los oponentes que arruinaron las ilusiones de un gobierno, un pueblo y una nación por alcanzar pacificación, concordia y armonía.
Esta vez la paz total podría mitigar la voracidad de quienes ven en la tierra su razón de existir.
El presidente Petro y su ministra de agricultura, Cecilia López, se impusieron la obligación de darle un vuelco a la tenencia de tierra. En escasos dos meses alcanzaron un acuerdo con los ganaderos para dotar de granjas a los campesinos sin parcelas, dentro de su plan para adelantar la reforma agraria que está consagrada en los acuerdos de La Habana.
Se comprarán tres millones de hectáreas de tierras productivas y de excelente calidad, con vías, agua y demás servicios. Se invertirán de 10 billones anuales para pagarlas y entregarlas a los nuevos propietarios. Esos predios no pueden tener ningún proceso, deben estar saneados fiscalmente y sus precios no pueden estar por fuera del mercado, ni de las especificaciones que exija la UPRA. Tampoco podrán ser producto de la acción de las autodefensas u otros grupos subversivos.
El gobierno está a la espera de las primeras ofertas para que el país conozca al primer campesino granjero, dentro de la paz total.
Es de esperar, que no toda la tierra, provenga de los ganaderos, ni que sea Fedegán el único oferente. Existen extensiones de muchos terratenientes que quieren entrar en la subasta. Por ello, no se admitirán intermediarios. De terrateniente a Gobierno será la negociación.
Logrado lo de la tierra, hay otros frentes que deben actuar: las asesorías para producción de alimentos y los abonos, ya que Monómeros está en crisis. Hay manera de reemplazarlos y producirlos orgánicamente en las propias granjas, como lo hizo Fedecafé en épocas de Don Arturo Gómez Jaramillo y Hugo Valdez. Hay una tecnología caucana a base de hoja de coca que produce humus de altísima efectividad, que al mismo tiempo desplazaría ese cultivo para narcóticos.
El Banco de la República debe bajarse de la arrogancia y la nube para reducir los intereses, permitiendo al sector financiero suministrar crédito barato agroindustrial y alcanzar producción masiva de alimentos. Así, sin abusar de las tasas se reducirá efectivamente la inflación, sin encarecer y recalentar el resto de la economía.
Estos granjeros podrán conformar organizaciones cooperativas, que los capacitarán para alcanzar eficientes técnicas de producción, conformar medios de transporte, establecer centros de mercadeo al por mayor y al detal y exigir precios de sustentación.
Estamos frente al resurgir de una nueva Colombia con un enjambre de granjeros que conformarán una poderosa clase media capaz de derrotar la inflación, crear empleo y llenarnos de divisas.
BLANCO: El Emisor no le cree al crecimiento del 2.2% en el 2023 que nos calcula el FMI. Solo nos permitirá un 0.7%.
NEGRO: La TV mostró las casas de $ 600 millones que se llevó el huracán Julia de Providencia.