Por estos días se vive en la capital y sus alrededores el paro de transportadores con algunos excesos, ya nos son familiares las imágenes de encapuchados queriendo derribar un bus del SITP al frente de la Universidad Javeriana y algunos vehículos incendiados en otros puntos del país.
Pareciera que el presente es uno más de tantos paros que por razones similares se promueven de manera cíclica, con seguridad con algunas razones que ameritan alzar la voz para que el gobierno escuche. Sin embargo nos llamó la atención la grabación publicada por Caracol Radio, donde algún protestante utilizando la combinación de todas las formas de lucha, puso el foco en los perros, aunque parezca insólito.
En la grabación se escucha como se le hace el reproche algunas personas que transportan perros todos los días, hacia los refugios de los alrededores de la ciudad, donde pasan el día mientras sus dueños están trabajando, para concluir “al que cogemos, de los señores del hato, le rompemos el carro (…) y a los que cargan a los perritos, pues fácil, les abrimos una puertica y que salgan todos los perros”.
Así están las cosas, ni los perros se encuentran a salvo de las consecuencias de este paro de transportadores, hoy estamos frente a una amenaza, mañana con esa irracionalidad estaremos ante una nefasta noticia si las amenazas de ese animal racional se cumplen y como medida de presión para lograr la adhesión a su causa cumple sus amenazas de abrirle la “puertica” para que salgan todos los perros.
Los tenedores de animales en épocas de alteración del orden público no deben pensar solo en su seguridad sino también en la de sus mascotas, deben tomar las medidas necesarias para garantizar su seguridad e integridad física, evitando al máximo que sus mascotas deban cruzar por los lugares donde se llevan a cabo las manifestaciones, protestas o motines, es un acto de responsabilidad no exponerlos.
En todo esto lo que dejan ver quienes tienen la intención de meterse con los animales para usarlos como medio de presión a favor de su causa, es la carencia absoluta de argumentos válidos para hacer escuchar sus reclamos. ¿Qué causa es tan justa que para ser atendida necesitan llamar la atención con el dolor y el sufrimiento de otros? ¿Qué diferencia hay en el proceder de estos protestantes y quienes secuestran, torturan y matan porque no están de acuerdo con el gobierno de turno? Las líneas no son claras. Eso no es protesta, es violencia cruda y dura.
Detrás de una mascota normalmente hay una gran historia de afecto con su dueño y su entorno familiar, detrás de cada perro que sale a un día de campo hay una esperanza con cara y cuerpo humanos que anhela el paso de la jornada para reencontrase con su mascota y compartir las experiencias del día, y es ese lazo el que se quiere quebrar con semejante amenaza, no hay derecho a tanto atrevimiento.
Si los señores que promueven este tipo de vías de hecho no alcanzan a entender de lo que estamos hablando, los invito a que antes de siquiera pensar en obrar de manera tan irracional y estúpida, hagan un paro de su paro y vean la película la vida secreta de las mascotas, creo que eso ayudaría a entender la miserableza de su amenaza.
*Abogado Universidad del Rosario. Especialista en Derecho Constitucional