Se repite y con toda resonancia el robo de la “Custodia de Badillo” que debiera, como lo plasmó Rafael Escalona, poner a requisa del Cura pa’abajo.
En nuestro país, desde hace tiempo nada es raro, mucho menos aquello de echarle mano a dineros públicos, compras oficiales o bienes de la comunidad.
Iniciado el actual gobierno, estalló el escándalo del saqueo de los fondos que maneja la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres (Ungrd). Esa misma de la que robaron los dineros de las ollas comunitarias y los alimentos de los niños escolares.
Lo más grave ha sido que quienes diezmaron esos fondos, fueron los funcionarios que, con toda pompa designó el actual jefe de Estado. Aquellos que durante tanto tiempo lo han acompañado en sus andanzas políticas. Quienes -con él- han criticado y condenado la corrupción durante mandatos anteriores.
Los primeros acusados fueron la consejera para las regiones, Sandra Ortiz y el hombre de la transparencia Andrés Idárraga.
Pero ahí no terminó la utilización de la Ungrd para malversar la plata de los colombianos, ya que los propios encargados de cuidar y manejar -o usurpar, malversar y depredar esos recursos- Olmedo López y Sneyder Pinilla, querían demostrar ante la opinión pública su valentía y destreza para saquear las arcas del estado y mantener ocultos bajo chantaje a sus compinches. Se abstuvieron sí, de llegar al verdadero fondo, es decir: a quienes les ordenaron el saqueo.
Inculparon al Mininterior Velasco, a otros ministros y altos funcionarios del gobierno, cuyos nombres guardan en secreto, de esas fechorías, que inclusive se cometieron y ventilaron durante sesiones plenas de Consejos de Ministros. El presidente Petro, sin embargo, no se enteró de cuanto pasaba en esos consistorios, que calificaban de cónclaves.
López y Pinilla han incriminado a funcionarios y políticos de todos los partidos, de todos los movimientos, de muchos municipios y departamentos, pero a nadie de su reducto político o de la izquierda a la que ellos siempre han pertenecido.
Como “rateros honrados” o miembros del “039”, amenazan y dan supuestas pistas y nombres de quienes los acompañaron en los “cónclaves”, mientras logran hacerse acreedores a principios de oportunidad que la justicia les otorgue. Dicen haberle fallado a Colombia y a su gente, mientras repiten una y otra vez que el Presidente no sabía nada… !nada!
Ni Olmedo, ni Pinilla revelaron a los periodistas de BluRadio, Semana y RCN, quienes los entrevistaron, dónde está el dinero que robaron y si estarían dispuestos a regresarlo.
“Habrá sorpresas”, repitió muchas veces Olmedo, el “ratero honrado”, cuando se le preguntaba por nombres concretos de los implicados en los conclaves para saquear las arcas del Estado.
Cuando pensó en revelar nombres de algunos de sus más íntimos cómplices, temeroso por su seguridad, se limitó a exclamar: “es gente de mucho, de mucho poder”. Así terminaron las entrevistas de Olmedo, mientras el país entero espera que, del “cura pa’abajo se pongan a requisar”.
NEGRO: Sura también desaparece, como desaparecerá toda la salud de los colombianos, porque el gobierno destruyó lo poco que había.
NEGRO: Ante tanta insistencia del gobierno por aumentar el límite de endeudamiento muchos piensan en el despilfarro.