“Reconocer y honrar a quienes han dedicado sus vidas a la noble tarea”
La reflexión pedagógica en estos tiempos de cambio -bueno, en realidad todos lo son- requiere necesariamente hacer un recorrido histórico por las propuestas que en materia de educación se han realizado en diferentes contextos, para así identificar las apuestas teóricas y las metodologías aplicadas que han permitido el avance de la educación como ciencia, reflejadas en actores concretos: maestros, estudiantes, comunidades. Por ello es importante reconocer y honrar a quienes han dedicado sus vidas a la noble tarea no solo de compartir el conocimiento y expandirlo, sino también al ejercicio de pensar y repensar cuáles son las formas más adecuadas y eficaces para hacerlo. La Maestría en Docencia de la Universidad de La Salle de Bogotá ha asumido el reto de hacer ese reconocimiento a través del macroproyecto de investigación denominado “Maestros colombianos ilustres del Siglo XX”.
El objetivo central de la investigación fue reconstruir los aportes a la educación de ocho renombrados maestros, para plasmar las trayectorias vitales de estos pedagogos que hicieron posible el desarrollo de nuevas propuestas, líneas de investigación, campos del saber o didácticas particulares que permitieron cualificar la educación en diferentes niveles. Se resaltan en este trabajo las obras pedagógicas de Agustín Nieto Caballero, fundador del Gimnasio Moderno; Olga Lucía Zuluaga, gestora del primer proyecto de investigación sobre la práctica pedagógica en Colombia; Estanislao Zuleta, promotor infatigable del pensamiento crítico a partir de la lectura; Guillermo Hoyos, fundador del Instituto Pensar y quien nos enseñó que el mundo es un problema de todos; Eloísa Vasco, quien construyó los conceptos de investigación en el aula y maestro investigador; Jaime Carrasquilla Negret, quien puso al amor como eje del modelo pedagógico; Alberto Martínez Boom, promotor del Movimiento Pedagógico que originó la Ley General de Educación de 1994; y Carlos Eduardo Vasco, quien desde las matemáticas, la teología y la filosofía se ha dedicado a la formación de maestros en el país y fue uno de los articuladores del Plan Decenal de Educación 2006-2015.
Las apuestas vitales de estos maestros ilustres son exaltadas en una interesante y pertinente colección de crónicas que permiten una aproximación amable a los saberes pedagógicos y que no solo están centradas en los alcances de las propuestas sino en la vida de estos personajes reconocidos y queridos en el país. En este proyecto, dirigido por el profesor Fernando Vásquez, también se exalta el oficio de ser maestro: la vida misma es escuela, cada hito vital constituye un aprendizaje y el maestro está allí, identificando nuevas rutas pedagógicas, explorando alternativas junto con los estudiantes y las comunidades, haciendo que nuevos mundos sean posibles.
Son los jóvenes maestros, como Camilo Goyeneche y sus compañeros egresados de la Maestría en Docencia, quienes están llamados a construir sobre lo ya construido por estos ocho gigantes maestros homenajeados en esta investigación. Resulta emocionante ver a las nuevas generaciones comprometidas en el propósito de reflexionar y desarrollar modelos y prácticas pedagógicas pertinentes para esta era digital, en la que son distintos los retos e inmensas las oportunidades.