MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Abril de 2013

Lamederos de loros amazónicos

 

“Entrar a Yasuní es ingresar un mundo maravilloso”

Para conocer los lamederos de las guacamayas y los loros y amazónicos, el mejor lugar es el parque Yasumí, en la amazonia ecuatoriana. Uno de los lugares más biodiversos del mundo, declarado por la Unesco como bio-reserva y además  Herencia Cultural del Planeta, por las tribus que lo habitan.

Los “lamederos de arcilla” o “lamederos de loros” son barrancos de una arcilla rojiza, la cual tiene la cualidad de ayudar a los loros a digerir las bayas y frutos secos de una gran variedad de árboles, que forman parte de su alimentación, algunos de los cuales son tóxicos.

En estos barrancos se reúnen decenas de loros de diferentes especies, inclusive hermosas guacamayas a, literalmente, lamer la arcilla de los barrancos y así conservar su digestión sana, contrarrestando los efectos dañinos de las bayas que consumen.

Ver a cientos de estas hermosas aves, oír su algarabía y detallar el contraste de los colores de sus plumajes, picos y tamaños, hace de este espectáculo algo inolvidable.

Volamos desde Quito a la población Francisco de Orellana, mejor conocida como El Coca, desde donde tomamos una canoa con motor que nos llevaría a un barco en el rio Napo, colindante con el parque Yasumí. Esta sería nuestra base por cinco días.

En 1541, los conquistadores, Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro partieron de Quito a explorar esta región en búsqueda de El Dorado, piedras preciosas y otros minerales. Su exploración se convirtió en un fantástico episodio de la conquista, el cual dio pie al descubrimiento de la desembocadura del Amazonas y ha sido tema de importantes historias y novelas.

Cada mañana, al romper el día, nos embarcamos en piraguas motorizadas o de remos, hacia diferentes lamederos, generalmente localizados adentro del parque Yasuní.

Navegamos por variados afluentes del Napo. Por hermosos parajes, bordeados por exótica vegetación, plena de una impresionante variedad de aves y mariposas,  disfrutando de juguetones y curiosos delfines rosados, caimanes y la ocasional nutria gigante. Siempre queriendo ver, bajo las aguas, la sombra de una anaconda o un cardumen de pirañas. El Napo es uno de los tributarios del Amazonas y uno de los ríos más extensos del Ecuador. Hay en sus aguas más de 400 especies de peces.

Yasuní está conformado por un millón de hectáreas. Ecuador declaró 700 mil de ellas “Zona Intangible”, protegida de la minería. Entrar a Yasuní es entrar a un mundo maravilloso por su extraordinaria y única biodiversidad. El 44% de las aves de la cuenca amazónica viven aquí. Igual sucede con los anfibios, murciélagos, micos, reptiles y otras especies. Sólo una hectárea de Yasuní cuenta con el mismo número de especies de árboles nativos que toda Norteamérica.

En uno de los lamederos, el guía, un indígena experto en aves, nos mostró 18 especies diferentes de loros: guacamayos azul y amarillo, rojo y verde, rojo y amarillo, militar, barbazul, loro de  Cochabamba o de frente roja, el Severo, el de cabeza negra y el de roja. Imposible de recordarlos a todos. Un viaje para jamás olvidar.