Cuatro milagros colombianos
En las olimpiadas de Londres cuatro milagros nos han alegrado la vida a los colombianos. Indudablemente, las medallas de plata de Rigoberto Urán en ciclismo, Óscar Figueroa en alzamiento de pesas, Catherine Ibargüen en salto largo y la de bronce de la judoca Yuri Alvear han sido el milagro que necesitábamos para olvidar los constantes sinsabores que la guerra en que vivimos desde hace más de 50 años nos trae a diario, y todos los sapos políticos que últimamente los colombianos nos hemos tenido que tragar.Y digo milagros, porque no es lo mismo el triunfo atlético de un norteamericano, chino o europeo, que el de un colombiano, que ha tenido que luchar contra toda clase de adversidades para lograr un triunfo olímpico.
Mientras los atletas del primer mundo tienen apoyo de sus gobiernos, buena alimentación, tecnología de punta y entrenadores de primera desde su niñez, a los nuestros les toca batallar a cada paso para obtener con qué entrenar, para comprar sus equipos, para pagar sus entrenadores y hasta para obtener una buena alimentación y alojamiento.
Estos cuatro ganadores y todos los demás que representaron con honor a Colombia en estas olimpiadas son héroes, en todo el sentido de la palabra. Por eso hoy quiero hacerles un homenaje en esta columna.
Rigoberto Urán cumplió las ilusiones de su padre, asesinado por los paramilitares cuando él era apenas un jovencito. Ganó en sus primeros Juegos Nacionales 7 medallas de oro en ciclismo. De ahí en adelante, Rigoberto, quien para sostener a su madre tuvo que vender lotería como lo hacía su padre, comenzó a acumular triunfos, a pesar de algunos accidentes como el ocurrido en Alemania cuando se fracturó una muñeca y los codos. En Londres, en la prueba de pista, le dio al país la primera medalla de plata.
Una madre pobre, pero de armas tomar, y una fundación para niños de pocos recursos abrieron el camino a Óscar Figueroa. Cuando tenía sólo 14 años levantó 70 kl., el doble que otros de su edad. En las Olimpiadas de Beijin se presentó con una grave lesión en la muñeca y sus intentos de levantar fracasaron. En Londres levantó un total de 317 k. y ganó la medalla de plata en un momento tan emotivo que todos lloramos, inclusive él.
Yuri Alvear, una valluna de 26 años, es hoy una de las judocas más destacadas del mundo. Su padre, maestro de obra, y su madre, hasta hace poco, lavandera. Derrotó a la china Fei Chen y con su medalla de bronce le dio al país su primer triunfo olímpico en esa especialidad.
El 5 de agosto Catherine Ibargüen, disciplinada atleta oriunda de Apartadó, Antioquia, saltó 14.80 m. Ganó la medalla de plata. Un éxito más en su brillante carrera en esta disciplina.
Estos jóvenes triunfadores son modelo para la juventud colombiana. Felicitaciones a estos héroes, a sus familias y a sus entrenadores.