Mario González Vargas | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Enero de 2016

EN ARAS DE LA PAZ

La capitulación habanera (I)

“Se permitió la conversión del victimario en víctima”

 

A medida que se conocen los acuerdos parciales alcanzados en La Habana crece la preocupación ciudadana sobre el contenido del acuerdo final. En efecto, suscita perplejidad, por decir lo menos, las concesiones unilaterales del Gobierno que muchos subversivos y otros delincuentes, ni en sus mejores sueños imaginaron.

 

En La Habana se permitió la conversión del victimario en víctima y de ésta en victimario. Al ser todos culpables del conflicto armado habrá una verdad concertada u obligada. Además, “el reconocimiento de verdad y responsabilidad podrá hacerse de manera individual o colectiva, de forma oral o mediante escrito…en el plazo de un año,…plazo que podrá prorrogarse… por períodos sucesivos de tres meses”. Cuando la declaración sea colectiva, la responsabilidad por la ejecución y cumplimiento de la sanción estará a cargo de la organización a la que pertenezcan los declarantes. Ya alias Iván Márquez nos notificó que las Farc harán declaraciones colectivas.  

 

El Tribunal de Paz desplaza a todos los órganos de justicia, Cortes, Consejo de Estado y Fiscalía, a la Procuraduría y a la Contraloría, y carece de límites y de controles. “Prevalecerá sobre las actuaciones penales, disciplinarias o administrativas por conductas cometidas con ocasión, por causa y en relación directa o indirecta con el conflicto armado y se aplicará a todos los que participaron de manera directa o indirecta en el conflicto armado”. Deroga las garantías del juez natural y de la cosa juzgada. La escogencia de sus miembros es un misterio aún no develado.

 

No habrá penas sino sanciones, aún para los máximos responsables de delitos de lesa humanidad, que se pagarán con trabajo comunitario y con medidas de restricción de la libertad para guerrilleros, agentes del Estado y civiles. Asimismo, a título de ñapa, “la imposición de cualquier sanción… no inhabilitará para la participación política ni limitará el ejercicio de ningún derecho, activo o pasivo, de participación política”. Tendremos individuos simultáneamente cumpliendo sanciones y deliberando en el Congreso. 

 

Se trata de un régimen de intercambio de impunidades para los autores y responsables de delitos atroces, sean guerrilleros, agentes del Estado, civiles y aún paramilitares y parapolíticos, los que recuperarán su libertad y la elegibilidad política. Una piñata de impunidad como la calificó Human Rights Watch.

 

Y, como concesiones adicionales, las Farc, por pobreza extrema, no repararán a sus víctimas, y por inclusión del narcotráfico, el secuestro y la extorsión como delitos conexos al político, no tendrán extradición, pero si amnistía. ¿Quién puede querer más?